"Al acabar íbamos a tomar unos vinos y pulpo"
Paco Vilas / Hostelero
Para Paco Vilas, propietario del recordado restaurante Vilas, el fútbol en este tipo de encuentros era lo de menos. Se trataban de "una excusa". El objetivo real era reunir a los no tan jóvenes de la zona para pasar una tarde entretenida tras el balón. "En aquel entonces todos los del barrio nos conocíamos entre nosotros. Siempre había alguno al que se le ocurría la idea y lo organizaba", explica. Sin embargo, independientemente de la calidad futbolística que se vivía en aquellos partidos, tras un buen rato corriendo por las bandas, el pitido final daba inicio a una segunda parte del encuentro de lo más particular. "Al acabar el partido nos íbamos todos a tomar unos vinos y una empanada o pulpo. El fútbol era lo de menos", concluye el histórico restaurador.