Ames le demuestra a la Xunta que el bus puede llegar a Tarrío

El Concello de Ames cogió ayer por fin el toro por los cuernos en lo que al cumplimiento del convenio del transporte comarcal se refiere. Armado con documentación oficial y un amplio dosier fotográfico el alcalde socialista, Carlos Fernández, compareció ante la prensa para demostrar de una vez por todas que técnicamente no existe obstáculo alguno para que el autobús del transporte metropolitano no cumpla con su obligación de dar servicio a la aldea de Tarrío.

El regidor recordó los antecedentes de un conflicto que dura ya 15 años durante los cuales los vecinos de la localidad amiense no han cesado en su pugna por conseguir disfrutar de un servicio que legalmente les corresponde, en virtud del convenio del transporte metropolitano firmado por la Consellería de Política Territorial en 2006. Dicho documento recogía, "porque así lo exigió el Concello de Ames y su alcalde como condición para firmarlo", afirmó Fernández, la prolongación de la línea de autobús de Raíces a O Milladoiro hasta la aldea de Tarrío. Sin embargo, la ejecución de este acuerdo no se pudo ejecutar en el mismo momento en el que entró en vigor el convenio para el resto de la comarca, dadas las deficiencias que existían en la carretera que llega hasta el lugar, de titularidad municipal. El Concello de Ames adquirió entonces el compromiso de subsanarlas, convirtiendo la pista en una travesía. "Como queda demostrado en el acta de fin de obra a 31 de octubre de 2008 los trabajos estaban ya terminados. En realidad, incluso un poco antes", explicó Carlos Fernández. Sin embargo, el autobús no inició entonces el servicio comprometido, ni lo ha puesto en marcha todavía a día de hoy. La responsabilidad, a ojos del regidor amiense, se reparte entre "la empresa que no quiere y la Xunta que no lo obliga", pese a ser la Administración autonómica la responsable del cumplimiento del acuerdo del transporte comarcal, como titular que es de este servicio.

Como argumentos, desde las partes implicadas, para no acatar el convenio y mantener a Tarrío fuera de un servicio que le corresponde legalmente, Xunta y empresa concesionaria, Autobuses de Calo, señalaron siempre al mal estado de la carretera (ya después de la reforma) como causa y al Concello de Ames como responsable.

Autobuses de Calo dirigió sendos escritos a la dirección xeral de Mobilidade, de la Consellería de Territorio y al Concello, en los que relataba las deficiencias técnicas que a su entender impedían el paso de un autobús por Tarrío. En base a esta argumentación de la firma, la Xunta remitió al Concello un requerimiento de las condiciones técnicas del vial, dilatando así la orden a la concesionaria de que comenzase a prestar servicio.

Después de varias reuniones ineficaces entre Xunta y Concello en las que Carlos Fernández aseguró ayer que ya había trasladado a la Xunta cual era la situación real de la carretera y que sí permitía la circulación de un autobús, el regidor decidía ayer poner las cartas boca arriba con pruebas. Dado que para la Xunta no parecía suficiente la explicación personal del alcalde, que sin embargo subrayó que todos los encuentros fueron "amables y se comprobaba buena actitud", Carlos Fernández presentaba ayer pruebas difícilmente refutables: un dossier de más de 30 fotografías en las que se retrata cómo un autobús de otra empresa, alquilado por el Concello, circula sin dificultades por la aldea (cruzándose sin problema con otros vehículos) y un informe de la Policía Local que así lo atestigua y que da fe del correcto estado del vial. Dicho informe será trasladado "el lunes" a la Xunta para que responda definitivamente.

Desde Mobilidade se anunciaba ya ayer que, pese a que se esperará a recibir y estudiar el dossier, sí existe un compromiso pleno de "actuar con agilidad", en cuanto se puedan comprobar los argumentos del Concello de Ames.

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