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{lOS OTROS DIAS}

Ancha es Castilla

    EMPECÉ una lectura que me anunciaron jugosa. De entrada, casi mejor se diría de portada, dos frases debajo de su título y de su subtítulo. ¿Cuáles? Primero demos el título. Se trata de La nación inventada; acto seguido, facilitemos el subtítulo, este: Una historia diferente de Castilla. Ahora las frases. Para ello sírvanse pasar al párrafo siguiente.

    "Castilla hizo a España y la deshizo", de José Ortega y Gasset, la primera de ellas. "Castilla hizo a España y España deshizo a Castilla", de Claudio Sánchez Albornoz, la segunda. ¿En qué quedamos? Pues nos lo tendrán que decir los autores, Arsenio Escolar e Ignacio Escolar, padre e hijo pero no hermanos como me habían advertido, a lo largo de las casi trescientas cincuenta páginas que componen este volumen, editado por Península, que va ya por su quinta edición.

    Lo que sí parece cierto es que Castilla hizo a España, si uno juzga las advertencias de portada; lo que habrá que saber es si Castilla deshizo a España, o España deshizo a Castilla. Se admiten opiniones. Se pueden emitir cantando, siempre y cuando la música de fondo sea la que corresponda. A este tenor, al de si Castilla hizo y deshizo, o de si hizo y fue deshecha, me permito recordar un dato recogido hace muchos años, cuando este colaborador de ustedes estudiaba en la facultad correspondiente: el de que al finalizar la Edad Media, en tiempos de los Reyes Católicos, que fueron renacentistas y dieron lugar a la aparición del Estado Moderno, recuerden, la población peninsular, entonces de diez millones de habitantes, se repartía de la siguiente forma: nueve millones de seres en el interior y uno en la periferia de la península. Parece que la hegemonía debía caer en donde cayó y efectivamente lo hizo.

    Ignoro si seguiré o no dándoles a ustedes noticias de este libro que, a la altura de su página cuarenta y tres, plantea una serie de consideraciones que a más de uno le darán para pensar y después ponerse a discutir un rato. ¿Son necesarios los mitos históricos? ¿Son inevitables? Y lo que es peor, ¿son convenientes? Donde los Escolar y con ellos no pocos castellanos hablan del conde Fernán González y del Cid Campeador, o de los dos jueces de Castilla, Nuño Rasura y Laín Calvo, al parecer inexistentes, podemos los gallegos hablar de la música celta, que se antoja celestial y ciertamente pudiera serlo, del celtismo y de Breogán, en términos equivalentes atreviéndonos a eso que en medicina llaman diagnosis diferencial.

    En resumen, que les facilito el título y el tema, los autores y algunos de sus afanes, para inducirlos a que lean estas páginas que poco tienen que ver con nosotros, pero que tan relacionadas están con la realidad histórica que nos acoge. Léanlas y ya comentaremos de ellas. Yo estoy haciéndolo y ya les diré. Espero.

    Escritor. Premio Nadal

    y Nacional de Literatura

    02 jul 2011 / 21:11
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