Antón Lamazares y su tributo a El Greco

Las letras tienen duende. No es lo mismo decir Doménikos Theotokópoulos que escribir... El Greco (Creta, 1541- Toledo, 1614).

En pintura y poesía, el significado late más allá de lo literal.

De esa libertad bebe el arte de Antón Lamazares, que mezcla el abecedario del color con un alfabeto de creación propia: el Delfín. De ahí parte para rendir pleitesía al citado pintor griego con una muestra en Toledo abierta hasta el 24 de marzo y gestada mucho antes.

"Vai facer tres anos conocín na inaguración do Círculo de Bellas Artes en Madrid do Alfabeto Delfín a Juán Antonio García Castro, director do Museo do Greco. Ise mismo día faloume si quería facer algo nese Museo do Greco orredor do Greco", explica Lamazares en charla con EL CORREO.

En esta exposición titulada A la tarde te examinarán en el amor, su tributo es dual al reivindicar tanto a El Greco como a la poesía espiritual de San Juan de la Cruz.

Allí, la obra del pintor gallego dialoga con la colección permanente del museo toledano para que se miren el arte de ayer y de hoy.

"Juán de Yepes e Doménicos Theotokópoulos son dous artistas absolutamente especialísimos, de visións incomparables humanísimas e cristianas maravillosas. E cima da poesía e da pintura que desde sempre levo conmigo... A exposición é de 22 pinturas: 5 sobre cartón e madeira, e 17 sobre cartón. Asunto das pinturas son os poemas de Juán de Yepes (San Juán de la Cruz) "Oh llama de amor viva" (políptico de 4 piezas), "En una noche oscura" (díptico de 2 piezas), "Que bien sé yo la fonte que mana y corre aunque es de noche" (políptico de 4 piezas e unha preparatoria), "Un pastorcito solo está penado" (unha pieza) e 9 pinturas de "Dichos de amor y luz", do Código de Andújar. E unha pintura sin alfabeto con iste título: "Cae la noche y las viñas de Iberia resucitan la voz de Juán de Yepes y los ojos de Doménikos Theotokópoulos", detalla Antón antes de añadir que él camina entre versos desde joven, desde cuando esbozaba sus primeros lienzos.

Frases manuscritas, óleos, y Lamazares en medio de un nexo de tradición tan larga como creativa.

"Joan Miró fai poesía, Fra Angélico fai poesía... A ponte entre a pintura e a poesía ven dende moi antigo... Inventei o Alfabeto Delfín para sumarlle máis misterio a palabra. O Alfabeto Delfín é cristiano e labrador. O noso máis propio é o noso corazón, é a nosa sangre. A nosa alma", señala Antón, hijo de Maceira (Lalín, Pontevedra) admirado igual dentro de Galicia que fuera, como rubrica esta aplaudida muestra toledana.

"Coñezo Toledo dende os 16 ou 17 anos. Cando chegas a Toledo xa vas pensando en velos cadros do Greco", apostilla.

Y preguntado por el pulso entre esta era (re)llena de tecnología y la palabra escrita, a veces cercada, él reclama sosiego, el mismo que requiere mirar un cuadro.

"Son dos que penso que agora mesmo estamos a piques de despeñarnos e que temos que dar un paso cara atrás, temos que volver á tradición...", advierte quien gusta de ir a comidas amistosas en montes donde el móvil solo sirve para calzar una mesa coja, xantares como aquel donde quien firma conoció a este hijo de Maceira (Lalín, Pontevedra), en un desaparecido restaurante santiagués de la calle Loureiros, invitado por el compañero Xurxo Fernández para hablar de arte, vino, comida y amores.

"De que cousas falar se non? Hai que falar das cousas importantes na vida, das novas tecnoloxías xa falan os chinos que queren que merquemos todo o que fan", remata el maestro antes de intercambiarnos felicitaciones por un año más prospero a nivel cultural o por decirlo con sus palabras, para no despeñarnos.

Inquieto, Antón Lamazares, a sus 64 años no para. Nunca lo hizo: "Estou pintando cousas, hai exposicións...", concluye.

Del Greco al hoy: Arte y punto.