La armonía familiar empezó a torcerse tras el fallecimiento de sus padres
¿Cuándo empezó a torcerse la vida de Rosario Porto Ortega? ¿Por qué se le acusa de algo tan horrible? ¿Por qué una familia tan aparentemente normal y feliz fue cayendo en desgracia poco a poco? Casi nadie tiene las claves y casi nadie lo entiende. Lo único cierto es que hace pocos meses era muy habitual ver pasear por las calles de Santiago a Charo; a su marido, el periodista Alfonso Basterra, y a su pequeña hija con aspecto feliz y relajado. También solían ir habitualmente juntos al teatro, al Auditorio de Galicia o a innumerables actos culturales y sociales. En numerosas ocasiones la pareja y la niña iban acompañados por los padres de ella, el abogado Francisco Porto Mella y la profesora de Arte de la USC Socorro Ortega. Con ellos hacían viajes al extranjero y pasaban fines de semana en la finca familiar de Teo. La armonía absoluta reinaba o parecía reinar en una familia que siempre se caracterizó por su discreción.