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VÍCTOR LÓPEZ cOTELO Arquitecto

“La arquitectura debe ser el reflejo de las personas que la habitan”

{ Madrid, 1947} El prestigioso arquitecto Víctor López Cotelo no duda en afirmar que el centro de referencia en Rehabilitación que se acaba de inaugurar en Pontepedriña de Arriba es “exactamente” lo que él pretendía // El autor de este importante proyecto asegura que buscaba inspirar “sosiego y serenidad”. Foto: A. Hernández

Víctor López Cotelo (Madrid, 1947) es el autor del proyecto original del nuevo centro de formación de referencia en Rehabilitación que se acaba de inaugurar en Pontepedriña de Arriba. Convertido ya en sede de la Fundación Laboral de la Construcción en Galicia, el centro se ha llevado a cabo aprovechando arquitecturas preexistentes situadas en un entorno singular en el curso medio del río Sarela. Allí había una antigua curtiduría cuya actividad cesó en el año 1961. López Cotelo ha supervisado las obras hasta el final, compartiendo dicha responsabilidad con el arquitecto de la oficina técnica del Consorcio Ángel Panero.
¿Cómo valora el resultado?
Es exactamente lo que yo pretendía. El color, la rehabilitación, la escala del exterior, los materiales, la calidad del espacio y del ambiente, todo. El motor de mi intervención es la dimensión temporal desglosada en tres partes. La histórica, que incluye el lugar y lo que ya hay, como los árboles, las edificaciones, el río. La presente son tus intervenciones, los edificios nuevos. Y la tercera parte sería el tiempo que tú aportas a la gente que lo va a usar. Yo quería que la gente que va a trabajar aquí reciba estímulos de serenidad, sosiego y calma.
Entiendo que piensa más en la función que en el diseño...
Cuando pienso en la arquitectura siempre pienso en la vida de las personas, que la vida sigue. Yo, como arquitecto, trabajo para la vida del ser humano, creando un entorno propicio para la vida del ser humano.
Suena a filosofía.
La arquitectura es un marco donde la gente debe sentirse estimulada en sus propias emociones esenciales, sin cambiárselas, cuyo entorno sea tan agradable que no se vea condicionada por la arquitectura. La arquitectura debe ser el reflejo de la dignidad de las personas que la habitan.
¿Y no condicionan los plazos y las demoras?
El plazo demorado ha hecho que la obra madure. Yo soy un corredor de fondo y estoy acostumbrado. Obras mías como la Escuela de Arquitectura de Granada, la Filmoteca Nacional o la Casa de las Conchas de Salamanca tardaron diez, quince años en acabarse.

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16 jul 2017 / 20:43
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