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EL DÍA DESPUÉS

Lo básico

    El sábado, en los prolegómenos del encuentro le comentaba a mi compañero de asiento y amigo, Chema, que el Andorra me daba mucho miedo ya que cuando vienes a jugar con sólo ocho jugadores que puedan entrar en la rotación, suele ocurrir que todos ellos se mentalicen al 100% conociendo su rol a la perfección. Además es muy fácil que siempre estén muy metidos en el partido ya que saben que pase lo que pase tendrán que jugar muchos más minutos de los habituales. Presumía que pudiese ser un partido trampa, pero por otro lado confiaba en la recuperación del juego interior del Obradoiro y en su teórica superioridad ante las bajas tan importantes como las del atlético Diagne, el tanque Karnowski o el viejo conocido Copeland.

    El cinco titular andorrano saltó a la cancha con jugadores que juegan de 4 o de 3, y tuvieron que asumir el hacerlo de 5, Shurna, o de 4, Jankovic o Walker. A pesar de la teórica superioridad en altura de Pustovyi, Radovic o Benzius, el Obra no fue capaz de adueñarse de la pintura ni de imponerse en el rebote, que era lo lógico, pero la buena defensa coral del rival y las ayudas en forma de 2 contra 1 e incluso alguna vez, 3 contra 1 solventaron su desventajas en kilos y centímetros. En ataque en la primera parte se mantuvieron gracias al acierto de Jelinek, a las transiciones o continuaciones en el bloqueo directo de Stevic y a la calidad de Blazic y sobre todo de Jaime Fernández. Ambos mantuvieron esta tónica en los momentos clave de la segunda parte cuando la zona macth up del Obra les hizo más daño y su ventaja en el marcador se vio reducida a 4 o 6 puntos varias veces. Rotaron con mucha frecuencia, para mantener la intensidad defensiva y lograron llegar al último cuarto lúcidos y frescos.

    En el momento clave hicieron muy bien lo básico. En el baloncesto, uno de los principios fundamentales es hacer siempre bien lo básico que siempre empieza y termina en el 1x1. Ahí estuvieron muy bien, tanto en defensa como en ataque, en este apartado con Fernández y Blazic clarividentes e imparables. El Obra lo intentó todo, pero la mala primera parte en el aspecto defensivo lo lastró, y también que otros aspecto básicos como son el correr y ser duros e intensos, no fueron capaces de hacerlo.

    En fin, una derrota que el público, que estuvo una vez más, soberano, supo perdonar valorando lo que ha supuesto para el equipo este tramo de la temporada en 2017, 10.º con igualdad a 7 partidos ganados y perdidos, que como cómputo general muchos hubiésemos firmado a principio del curso, yo por lo menos. La buenísima racha inicial nos había hecho concebir otras expectativas que eran más que fundadas por el juego y el acierto. Toca recuperarse, sobre todo mentalmente, y volver a hacer tan bien como hace unas jornadas lo básico. Feliz 2018 a todos.

    02 ene 2018 / 00:35
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