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Los botellones virtuales, un impedimento para encontrar trabajo en el futuro

Desgraciadamente el que no se preocupa hoy por lo que comparte en sus perfiles públicos descubrirá dentro de unos años que su información y su privacidad ha resultado tener un valor esencial para su futuro

    Los jóvenes que comparten en sus perfiles abiertos de las redes sociales fotos de botellones y comentarios en los que se ríen de los demás tendrán dificultades para encontrar trabajo cuando sean titulados cualificados y sus futuros jefes busquen sus reputaciones digitales.

    El presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad, Ricard Martínez, ha señalado a Efe que estos jóvenes con dificultades para acceder al mercado laboral verán que el tipo serio, aburrido, que nunca dice nada fuera de lugar y que todos los comentarios que hace tienen que ver con lo solidario, activo y organizado es el que va a encontrar trabajo con mayor facilidad.

    Desgraciadamente el que no se preocupa hoy por lo que comparte en sus perfiles públicos descubrirá dentro de unos años que su información y su privacidad ha resultado tener un valor esencial para su futuro, ha añadido Martínez.

    Internet es una herramienta que usa todo el mundo, aunque la privacidad y la seguridad de los datos personales no es un asunto en el que piensen demasiado los usuarios, "ya que algunos se preocupan excesivamente y la mayoría no se preocupa nada".

    Ahora hay una generación que comparte botellones en sus perfiles abiertos de Facebook, pero cuando el futuro jefe de los aspirantes a un puesto de trabajo busque en la red la actividad de estos jóvenes y sus reputaciones digitales les costará encontrar empleo, ha alertado Ricard Martínez.

    Con situaciones como estas, ha añadido, los usuarios cada vez pondrán en valor más la privacidad en la red, aunque será un cambio paulatino.

    Mientras tanto, los consumidores valorarán la seguridad de los datos personales de un modo muy inmediato, ya sea por las noticias sobre robos de tarjetas de crédito o por propias malas experiencias en la red.

    Por ejemplo, ha comentado el presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad, cuando se produce una fuga masiva de datos y a los clientes de una consola "les levantan tarjetas de crédito", y con ello su dinero, aprenderán más rápido que nunca y se encargarán de facilitar los datos en aquellos lugares en los que sepan que están seguros.

    "La mentira más repetida en internet: He leído y acepto los términos y condiciones de uso y la política de privacidad" es uno de los comentarios que aparecen en las redes sociales, algo que Ricard Martínez considera "un riesgo en sí mismo".

    La ley española dice que las políticas de privacidad deben ser comprensibles, ha explicado, aunque la realidad es que siempre hay "triquiñuelas", como con un enlace o con un texto largo en un cajetín con un tamaño de letra muy pequeño.

    "No sé si está hecho con la voluntad de que sean muy precisos o están pensados para que la gente no los lea. Una política de privacidad se tiene que poder expresar en dos o tres párrafos y de forma clara, y si el usuario quiere más información tiene el enlace".

    Si las empresas explican al cliente en un texto breve que va a utilizar bien sus datos y dicen para qué los van a utilizar, el consumidor confiará más en la marca porque ve que es transparente, en lugar de otras páginas en las que las políticas de privacidad son extensas y complicadas de leer.

    23 ene 2013 / 20:07
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