Breve historia de un libro único de Manoel María

Un artesano, literatura, viejas hojas sueltas y una historia. Es la de un libro único, el que nace de las manos de Miguel Pérez, de Obradoiro Retrincos, un maestro de la encuadernación que desde su centro de operaciones en Roxos, ha realizado un espléndido trabajo de recuperación y restauración de varios textos originales del poeta y escritor gallego Manoel María, a quien se le dedicó el pasado año el Día das Letras Galegas.

Son unas 26 hojas escritas hacia 1950: 'Elexías a miña vida pequeniña'. Estos originales son el grupo de poemas que se localizaron en algún cajón en la casa del autor mindoniense Álvaro Cunqueiro, al que Manoel María le habría hecho llegar los textos. Reaparecieron ya entrado el siglo XXI y terminaron en manos de un monfortino amante de los libros, Evaristo Lemos Pérez. Unas hojas originales de un autor merecen un trato más que digno, incluso de artista. Y fue un reportaje publicado en elcorreogallego.es el que le dio a Evaristo las claves para garantizar el futuro (y el presente) de estas hojas.

Se puso en contacto con el obradoiro de Roxos y tras varias llamadas y correos electrónicos llegaron a un acuerdo. "Nunca había tenido una obra original en mis manos", explica Miguel al otro lado del teléfono. Para él supuso una enorme responsabilidad. "Hice varias maquetas, pero no me gustaba el resultado". Relata la complicación de maquetar 26 páginas que, además, estaban en cierto mal estado. "Mis maquetas quedaban como los álbumes de fotos, grueso en el lomo y estrechos en la parte posterior". Perfeccionista radical, se puso en contacto con otros artesanos y profesores de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo para poder tratar de abordar el reto. "Recordamos un curso de encuadernación que nos impartió una maestra francesa. Así que decidí utilizar escartivanas y pegué las hojas con tiras de piel de carnero suministradas por un artesano holandés", concreta. En su página web detalla que hizo un corte milimétrico a cada uno de estos pedazos de piel para lograr el resultado óptimo. Después añade una buena cantidad de detalles: “Cabezadas hechas a mano en hilo de seda dos colores, incisiones pintadas con acrílicos y mosaicos en piel “a dentelle”, guardas borde a borde misma piel y guarda volante en papel Kozo (Japón)". Para rematar, una caja en papel Lokhta (Nepal) y papel Kozo (Japón). En dos palabras, detallismo artesano.

"Al principio no sabía que era una obra original", dice. Como acostumbra a informarse sobre lo que tiene en manos, se dio cuenta pronto de que aquello no era un trabajo más. Puso todo lo que tenía en arreglar los pequeños destrozos de las hojas, luego le tocó pensar la portada. Alude a Monforte de Lemos, ciudad natal del dueño de este libro y lugar en el que residió gran parte de su vida el autor chairego. "Evaristo me dio la idea de que aludiese a Monforte y creo que el resultado fue muy positivo". La silueta del zona monumental del castillo de Lemos aparece grabada sobre las piel de la encuadernación. El resultado es más que óptimo.

No será el único trabajo que hará para este coleccionista literario. Acaba de terminar una encuadernación para una edición especial publicada por El Correo Gallego con motivo del premio Nobel a Camilo José Cela. “Es la edición número cuatro. Las tenía él guardadas y ya está lista para entregar”. Otra de las grandes sorpresas es una magnífica edición de “Viaje a la Alcarria” dedicada por el propio Camilo José Cela. “Es una edición fantástica, tiene un papel que me vuelve loco. No puedo enseñarte foto porque primero es el dueño”, comenta. Para Miguel, los libros cuenten verdades o mentiras, realidades o fantasías, deben estar resguardados bajo el manto infinito de una buena encuadernación.