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Carmen García Rivas: “Los enfermeros no somos el esparrin de nadie”

¿Cuáles son las razones para el incremento de agresiones?
Creemos es la crispación de las personas cuando acuden a un servicio público la que les hace cometer estos actos injustificables, en lugar de canalizar su protesta a través de las reclamaciones, denuncias y atención al paciente. Podemos entender esa desesperación pero en absoluto compartir la agresión a una persona. Nosotros también trabajamos bajo presión y también somos ciudadanos y usuarios del sistema de salud y las carencias, las disfunciones o la falta de diligencia y listas de espera también las sufrimos. La sobrecarga la sufrimos igual, y solo nos falta por encima que desde fuera vengan a agredirnos.

¿Por qué este gran aumento?
La gestión siempre es mejorable. Es verdad que estos recortes de los últimos años han repercutido en todo, pero los directores gerentes y los responsables del Sergas tienen la obligación de organizar mejor, agilizar los trámites, dotar de plantilla suficiente, tanto recursos humanos como materirales y no exponer a sus trabajadores a esto. La gestión, la organización y la fluidez en la forma de actuar del sistema tienen que ayudar mucho para evitar la crispación. Ya se están manifestando circunstancias que requieren actuaciones de carácter inmediato por parte de las gerencias y de las direcciones. Que pongan iniciativas en marcha, que traten de organizar y no dejar hacer, que a veces vemos que imponen cosas y otras que son más urgentes o más fáciles de arreglar no les vemos voluntad.

¿Influye la concienciación?
Sí, hemos detectado que hemos acostumbrado a los profesionales a denunciar, algo que antes no hacían. Ahora lo hacemos público y visible porque es un lacra que hay que erradicar. Las agresiones que se denuncian siguen siendo muchas menos de las que se dan, pero es un compromiso que tenemos para denunciar.

Son el colectivo más agredido
Sí, es que somos el colectivo más numeroso, pero no suficiente, y estamos en todas partes, o lo procuramos. Las personas se encuentran con un enfermero allá donde vayan, urgencias, PAC, en un domicilio, la planta de hospitalización o en el centro de salud.

¿Hay en Galicia más agresiones que en otras CCAA?
No, el número no se diferencia mucho. Como sindicato de enfermería damos la voz de alarma a todas las administraciones, e incluso le pedimos el año pasado al Ministerio que creara un observatorio de violencia en el puesto de trabajo por agresiones de carácter externo. Lo hicimos así porque la situación es tan grave y afecta siempre a nuestro colectivo de forma masiva consideramos que ya excede de las CCAA y por eso le pedimos la propio Gobierno a través del Ministerio que haga algo. Nosotros no somos el esparrin de nadie, ya bastante tenemos con tratar de dar unos cuidados de calidad y seguridad para los pacientes.

¿Alguna iniciativa con éxito que se pueda importar?
Que nosotros conozcamos no y llevamos denunciando las agresiones desde 2007. Ya se detectaba y Satse en Galicia fue en el primer lugar donde ofreció talleres y cursos de defensa personal para enfermeros.
¿Hasta ese extremo?
Para aprender a escabullirte en situaciones comprometidas de riesgo físico porque no nos lo podíamos creer y no teníamos ese mecanismo de defensa. Nos quedamos ahí como un ratoncillo esperando que te caiga el golpe, y ahora empezamos a tenerlo un poco, a detectar los aspectos comprometidos de hostilidad, ver el gesto del potencial agresor, y buscar una salida para que no te acorralen. Y eso lo hemos hecho desde 2007-2008, se nos enseña a salir, no a atacar sino a defendernos. Y a partir de eso, que fuimos la novedad, otras CCAA empezaron a hacer este tipo de cursos. El problema fue que poco menos que avergonzamos a nuestra Consellería de Sanidade.

¿Y no reaccionó?
Satse dijo, pues pongan ustedes herramientas y mecanismos en marcha.
Y a partir de ahí fue cuando en Galicia se empezaron a hacer protocolos contra las agresiones, contra la violencia externa, botones del pánico, a dotar de mayor vigilancia aquellos centros reincidentes, ahora desde el año pasado con la figura del interlocutor policial para conocer los puntos negros...

Costó trabajo...
Sí, no podemos estar condenados a vivir con la presión asistencial y con la de otras circunstancias que son totalmente ajenas. Nos costó mucho hacérselo ver a todas las administraciones, y hablo de Galicia concretamente.

¿Qué debe hacer Sanidade?
Tratar de minimizarlas, organizar mejor, que no se colapsen los servicios, que el sistema funcione con cierta fluidez para evitar estas crispaciones por parte del usuario. Sería necesario más inversión, más agilidad. Pero no ya más inversión, sino simplemente de que lo hagan medianamente bien y que tengan voluntad de hacerlo. Lo que no puede una administración es exponer constantemente a sus trabajadores, es su obligación cuidar de ellos.

¿Qué no hace actualmente?
No pone todos los mecanismos posibles en marcha. La administración sanitaria, que es nuestro empleador, tiene que poner todo de su mano para que se proteja la salud de los trabajadores. Aunque con los cambios de normativas cuando yo estoy en mi puesto de trabajo soy una autoridad sanitaria, tengo la capacidad de denunciar y hay penalizaciones económicas e incluso de prisión para reincidentes.

05 ene 2019 / 22:16
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