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Cartas al director

    Hasta los muertos

    Se acerca el aniversario de la gran manifestación del 17-A en que toda España honró la memoria de los muertos en el atentado de Las Ramblas. Sin embargo, incluso en esos momentos, los separatistas no tuvieron el menor empacho en utilizar la memoria de esas víctimas, que no lo hubieran sido quizá si los Mossos hubieran permitido participar a la Guardia Civil en la investigación de la anterior explosión de la fábrica de bombas de los terroristas. Porque pervirtieron ese homenaje convirtiéndolo en un desvergonzado acto de propaganda de su política totalitaria y minoritaria en la misma Cataluña. Su fanatismo les llevó incluso a robar y destruir pancartas en defensa de los difuntos, con lemas como "Justicia y paz"... por no estar en catalán, como denuncia un vídeo en YouTube.

    Diego Mas Fuencarral

    Cuidados paliativos

    Todos lo saben. Vincent Lambert murió por deshidratación y desnutrición inducida; o sea, de hambre y de sed. Nueve días sin comer ni beber. Ni a un animal se le desea. Una muerte cruel, decretada por un juez en Francia. La solicitaba la esposa desde hace seis años, aduciendo, sin pruebas, que él la hubiera querido. ¿No eran, acaso, sus padres y hermanos, que lucharon por su vida, quienes más lo querían? Hoy se habla de "muerte digna", como si la muerte natural no fuese digna cuando a cada uno le llega su hora. Contradicciones de una cultura no asentada en lo razonable y moralmente bueno.

    En España, criticamos a los nazis, pioneros de la eutanasia, y se pretende imitarles con esas leyes impropias de una civilización progresista. Se ha eliminado la pena de muerte, y, ahora, se pretende imponer leyes de eutanasia (de matanzas) con el eufemismo de "muerte digna", en lugar de proporcionar la ayuda de los cuidados paliativos a quienes lo necesitan. La multiplicación de los abusos abundan allí en donde se legalizan estas leyes antivida ( Holanda).

    ¿Por qué, lo que se pretende, no es la provisión de unidades de cuidados paliativos a todos los hospitales de España? Aquí, mueren al año 80.000 personas sin haber recibido cuidados paliativos. Matar a un ser humano es siempre indigno, e indigno, también, el ensañamiento terapéutico, que no era el caso de Vicent Lambert, enfermo desde 2008 y que no había empeorado en las últimas semanas. El papa Francisco escribió en su cuenta de Twitter: " No construyamos una civilización que elimina a las personas cuya vida consideramos que ya no es digna de ser vivida: toda vida humana tiene valor, siempre".

    Josefa Romo Santiago

    Escraches

    Aseguran los propios organizadores de los escraches del Día del Orgullo y sus corifeos que la culpa es de Ciudadanos, por haber estado ahí.

    No saben lo que me perturba ese argumento falaz, que ya ha tomado carta de naturaleza entre la progresía más ríspida. Resulta que si no vas a ésa u otro tipo de algaradas festivas eres un facha y un reaccionario, merecedor de la aniquilación social y sin derecho humano alguno. En cambio, si vas, eres un provocador digno de reproche social en forma de coacción y acciones violentas. No tienes escapatoria alguna según los que hoy dictan qué es y qué no es políticamente correcto. Eso vale lo mismo para un acto electoral en Rentería, una conferencia en la Universidad de Madrid, la denuncia de un homenaje a los etarras o un acto en defensa de las víctimas del terrorismo: algo así sólo lo pueden hacer los provocadores, dicen, o sea, individuos que no quieren la paz.

    En cambio, homenajear a los asesinos de víctimas inocentes o recordar todos los días el feo pasado más remoto son acciones de paz, llamadas a la conciliación y a la concordia. ¡Un poquito de por favor!, como decía el personaje de la serie televisiva aquélla.

    Lo terrible del argumento de que "ella no podía estar allí, pues ya sabía lo que le pasaría", referido a Inés Arrimadas y su compañía, es que equivale a la justificación de cualquier violación porque la agredida sexualmente "ya sabía a lo que se exponía estando a esas horas por allí". Horrible. Espeluznante. Y lo paradójico es que los propagadores de estas ideas encubiertas, de esta presunta tolerancia cero ante la violencia machista y tolerancia máxima ante la violencia política se llaman a sí mismos progresistas. ¿Saben qué?: imposible progreso el suyo.

    A. A. Santiago

    En decadencia

    Se impone cada vez más lo que a cada cual le apetezca. No se tiene respeto por las ideas y costumbres del prójimo. No hay normas de conducta. Si lo que hago o digo no es del gusto de los demás, pues "que se aguante". Fue una respuesta que oí hace días cuando salió en los medios que se permitiría el toples en las piscinas. No es cuestión de gustos, es cosa de respeto, de pudor e incluso de estética.

    Las playas son como si estuviéramos en el cuarto de baño. Tanto hombres como mujeres no se inmutan por cambiarse el bañador delante de todos. No nos alarmemos por el aumento de infidelidades y agresiones sexuales cuando la provocación para ello está servida. Estamos en una sociedad decadente donde desapareció ese recato que guardaba lo más íntimo de la persona. Esto no es modernidad, es inmoralidad y poca vergüenza.

    Ana Cuesta López Santiago

    13 ago 2019 / 20:44
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