La Catedral de Santiago recupera su botafumeiro
El incensario restaurado regresaba ayer a la Catedral, varios días antes de lo previsto, después de cubrir un largo periplo desde Madrid en un turismo ·· Se han reparado abolladuras, grietas, argollas y ornamentos rotos para finalmente ser recubierto de un baño de plata
Antes de lo previsto y en absoluto silencio. El botafumeiro llegaba ayer a la Catedral en un turismo con matrícula de Madrid para ocupar otra vez su lugar en el museo de la basílica. Aunque la empresa que se ha encargado de la restauración anunciaba que la emblemática pieza no iniciaría el viaje hasta la semana próxima y bajo extremas medidas de seguridad, el incensario del siglo XIX alcanzaba su destino con varios días de antelación tras un largo periplo por carretera en un Mercedes. Posiblemente para ahuyentar la atención mediática, los responsables del taller Luis Molina Acedo decidieron apurar los trabajos de restauración de la pieza, cuyo ensamblaje final estaba previsto para hoy mismo, según fuentes de la firma.
Aunque tampoco ha trascendido la fecha exacta de reestreno, lo más probable es que efectúe su primer vuelo en la misa de Pascua, según confirmaron a este diario fuentes del Cabildo.
Ésta es la primera vez que el botafumeiro fabricado por el orfebre Losada en 1851 se somete a una reforma integral. Aunque antes los propios artesanos de Compostela se encargaban de realizar los retoques oportunos, en esta ocasión el taller de Madrid que realizó dos réplicas del incensario en la década de los 70 quiso aprovechar la oportunidad y presentó un proyecto a la Catedral. Una vez dado el visto bueno, los responsables de la firma se desplazaron personalmente hasta Santiago para trasladar el botafumeiro. En un tiempo récord, poco más de un mes, el incensario estaba completamente restaurado y de regreso en la Catedral.
La pieza presentaba importantes daños como abolladuras, grietas, argollas y ornamentos rotos. La empresa madrileña especializada en artesanía sacra desmontó el botafumeiro, reparó los daños de cada fragmento minuciosamente, siempre conservado el carácter original de forja a mano, para eliminar cualquier vestigio de reparaciones provisionales efectuadas con anterioridad.
Entre seis y doce mil euros
En una fase posterior, los artesanos fijaron con soldadura de plata aquellos elementos ornamentales sueltos o mal acoplados, sustituyendo los anclajes deteriorados para garantizar la solidez original de la estructura. Por último, el taller recubrió todas las partes, incluidas las cadenas de hierro forjado, con fuerte espesor de 20 micras de plata de ley electrolítica.
El botafumeiro, realizado en el año 1851, es de latón plateado, mide más de metro y medio y pesa unos 60 kilos. La restauración de la reliquia ha costado al Cabildo catedralicio entre seis y doce mil euros.
LAS CLAVES
Las réplicas de la década de los 70En 1971, el taller de Luis Molina Acedo realizó dos réplicas del histórico incensario. La primera, fue un encargo de la Hermandad de los Alféreces Provisionales para realizar una ofrenda a la Catedral. Esta copia se utiliza habitualmente en las misas de la basílica. La segunda réplica pertenece a una familia de comerciantes del Casco Histórico.
El transporte, en avioneta y en coche
Aunque esta vez el taller de Molina Acedo ha trasladado el botafumeiro en un turismo, tanto en el viaje de ida como en el de vuelta, las réplicas realizadas en la década de los 70 se transportaron hasta la capital gallega en avioneta. Se trataba de un pequeño bimotor Piper Twin Comanche de cinco plazas, propiedad del artesano madrileño.
Ocho tiraboleiros controlan el vuelo
El incensario pesa más de 60 kilos y mide más de metro y medio. Para controlar el movimiento del colosal y voluminoso botafumeiro son necesarios al menos ocho tiraboleiros. La pieza alcanza hasta los 70 kilómetros por hora en su vuelo por la basílica, el triple de lo que corre una persona atlética. Cada una de las ceremonias cuesta en torno a 240 euros, aunque la calidad del incienso condiciona el precio final .