César Poyatos: "Dispositivos móviles en las aulas sí, pero no sin regulación"

Recientemente, Escolas Católicas de Galicia organizó una jornada centrada en cómo integrar la tecnología en el aula, incluida en su plan de formación continua. Juana Otero, secretaria autonómica de EC, recordó que “as novas tecnoloxíasviñeron para quedar, temos o deber de humanizalas e imprimirlles os valores que caracterizan o ideario dos nosos centros para formar en competencia dixital os cidadáns do século XXI”. Por su parte, nuestro entrevistado participócomo ponente y fue testigo de la presentación de la eduguía ‘Como integrar as novas tecnoloxías na aula’.

César, está claro que la tecnología forma parte de nuestro día. Sin embargo, en ocasiones no valoramos todo lo que puede hacer por nosotros, sobre todo en el campo de la educación.

En el ámbito educativo, es un medio, un catalizador que agiliza procesos de aprendizaje.

Hace unos años, para hacer una radio escolar era necesario disponer de un laboratorio de audiovisuales con sus cascos, micrófono, ordenador. Para grabar las pistas tenías que dominar programas complejos como audacity. Para difundir los podcasts había que disponer de un servidor, exportar el audio a mp3, subirlo por ftp y saber enlazarlo en programas que hicieran el streaming. Eran tareas no aptas para cualquiera. Los procesos eran laboriosos y se perdía tiempo.

En la actualidad, la tecnología se ha simplificado, se ha democratizado. Cualquiera puede grabar y difundir en directo un podcast pulsando un simple botón en su móvil. Esto ha hecho que el GAP tecnológico se haya reducido, que las TIC sean transparentes para el profesorado y el alumnado. Por ello, ahora se dedica más tiempo al aprendizaje y menos al cacharreo tecnológico.

Las TIC nos permiten acceder a la información de manera ágil. Nos facilitan la curación de contenidos, la colaboración entre aprendices y la generación de conocimiento en red. Por último, nos ayudan a desarrollar el pensamiento crítico y creativo en nuestros estudiantes.

Tú eres docente, has visto a multitud de alumnos. ¿Cómo ha evolucionado el estudiante?

Los estudiantes han evolucionado al ritmo que lo ha hecho nuestra sociedad. Han pasado de un rol de consumidores de información, con un papel meramente pasivo, a un rol de prosumidores (productores + consumidores). Los alumnos son agentes activos de la red. Consumen información pero también generan contenido a la red.

Los alumnos tienen más herramientas para poder aprender, pero no siempre se usan adecuadamente y eso trae problemas.

Hace años Marc Prensky acuñó el término de nativos digitales. Estas generaciones han nacido con la tecnología. Dominan perfectamente las TIC, son su medio, pero esto no quiere decir que sean competentes digitales. Hay que desarrollar mucho en nuestro alumnado habilidades de búsqueda y procesamiento de la información. Contrastar esa información en procesos de investigación de aula, verificar las fuentes, detectar fake news. De este modo, generaremos una sociedad crítica y digitalmente competente. También es esencial trabajar en los centros otras áreas de la competencia digital como la resolución de problemas, colaboración, comunicación, creación de artefactos digitales, seguridad en red, etc. Que dominen las herramientas tecnológicas no lleva implícito que hagan un buen uso.

¿Podemos decir que esto es solo un problema temporal de la generación anterior? ¿Que los adultos del mañana ya no tendrán miedo al uso de dispositivos que te ponen en contacto con el mundo?

Nuestros estudiantes no tienen miedo al uso de los dispositivos tecnológicos. Veo esencial desarrollar en ellos una visión crítica de cómo se usan estos medios digitales. Por ejemplo, qué sucede con mis datos, cómo gestiono mi huella digital, qué publico y qué no publico en la red. Un ciudadano digitalmente competente ha de saber dar respuesta a estas y otras cuestiones.

No creo que prohibir el uso de móviles en escuelas sea la solución. ¿Acaso no sería posible integrarlos en el sistema ­educativo?

Últimamente se está dando un debate muy polarizado en torno a este tema. No creo en esta falsa dicotomía de móviles sí o móviles no en los centros educativos. Entre el blanco y el negro existe una amplia gama de grises. El debate debería estar en móviles cómo. Este tipo de dispositivos ha venido para quedarse y la escuela siempre ha tenido la función de educar para la vida. Nuestro mundo está hiperconectado, no podemos desconectar las escuelas de la sociedad. Familias y centros educativos tenemos una oportunidad única para educar a nuestros jóvenes en hacer un buen uso de la tecnología. Prohibir no va a evitar el problema, va a seguir existiendo ciberacoso, grooming o sexting. Nuestra labor como educadores es formar a nuestros estudiantes para erradicar todos estos problemas de raíz. Creo que los dispositivos móviles han de estar en los centros educativos, pero bajo unas normas de uso, siempre bajo la supervisión de un docente y con un fin educativo. Móviles en las aulas sí, pero no sin regulación.

De todos modos, ¿ves positivo que un niño pequeño lleve un móvil al colegio?

No creo que los niños pequeños deban llevar móviles a la escuela. La realidad que nos encontramos en los centros es que casi todo el alumnado de ESO tiene un dispositivo móvil en sus bolsillos. Ante esa situación, familia y escuela han de plantearse cómo vamos a trabajar de manera conjunta para generar personas digitalmente compentes. No verlo como un problema y sí como una oportunidad.

La cámara va integrada en el teléfono... y eso en manos de un adolescente que no haya recibido una buena educación es...

...Una locura. Por eso nos encontramos casos de ciberacoso o de grabaciones conflictivas. Prohibiendo no vamos a solucionar nada. Hay que educar en un uso responsable del dispositivo.

Por cierto, ¿crees que los alumnos de hoy no son tan educados?

Siempre que escucho ese tipo de comentarios me viene a la mente la opinión de Sócrates sobre la juventud: "La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros".

¿Colaborar con Escuelas Católicas te da otra perspectiva?

Hemos desarrollado iniciativas muy interesantes como la guía enREDate con seguridad o el proyecto Generación APPs. Últimamente estamos investigando cómo las TIC pueden ayudarnos a personalizar el aprendizaje para generar itinerarios interactivos de actividades y tareas que se adaptan a los distintos ritmos y estilos de aprendizaje de nuestro alumnado. Desde el programa de profesores en acción estamos explorando cómo desarrollar el pensamiento computacional y la creatividad de nuestros estudiantes mediante la programación, la robótica y la cultura maker.

¿Y qué ocurre con las niñas? ¿No crees que el docente juega un papel importante en las vocaciones?

La escuela juega un papel esencial en la brecha ­tecnológica de género. Creo que con la aparición de asignaturas como TIC o TPR o iniciativas como MujeresTech vamos a ser capaces de ­despertar numerosas vocaciones tecnológicas en nuestras ­niñas.