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FÚTBOL ·· SEGUNDA DIVISIÓN B

El Compos sí fue capaz de dar la campanada en casa del Eibar

Rubén Márquez y Mariño firmaron un empate en Ipurúa en el tramo final de un partido que pudo decantar el cuadro vasco ·· Son los primeros puntos que vuelan del feudo del líder

Eibar 2
 
Compostela 2
 
Eibar: Xavier, Andrés, Valín (Cuevas, min. 54) (Yosu, min. 85), Urzelai, Kijera, Añíbarro, Txiki Lombraña, Sutil, Manu García (Etxaniz, min. 76), Altuna y Arruabarrena.

Compostela: Pablo, Catú, Toño, Jimmy, Jesús Torres, Gonzalo, Ángelo (Centrón, min. 81), Alberto Mariño, Petter, Iván (Rubén Márquez min. 59) y Sestelo (Caneda, min. 89).

Árbitro: Vallejo Aznar (Aragón). Amonestó a Añíbarro y Arruabarrena en el Eibar, y a Ángelo, Jesús Torres, Petter, Gonzalo y Caneda en el Compostela. Además expulsó al jugador local Andrés, en el minuto 75, y al futbolista visitante Toño, en el minuto 79, ambos por doble amonestación.

Goles: 1-0, min. 45: Altuna; 2-0, min. 47: Altuna; 2-1, min. 74: Rubén Márquez; 2-2, min. 90+2: Alberto Mariño.

Campo: Ipurúa. 1.566 espectadores.

Un gol de volea, en el minuto 92, de Alberto Mariño dio el empate al Compostela en casa del líder, el Eibar, por 2-2. El conjunto vasco, que sigue líder con cinco puntos de diferencia sobre su más inmediato perseguidor, se puso 2-0 al inicio de la segunda parte y no mató el encuentro. Los pupilos de Fabiano mostraron garra y se convirtieron en los primeros en llevarse puntos de Ipurúa.

El abuso del fútbol directo recortó las diferencias futbolísticas entre el líder y el colista, y el encuentro se hizo parejo, de alta velocidad pero de muy baja precisión. En esa situación el cuadro local se sintió más cómodo, al poder desarrollar con cierta comodidad su juego. El equipo visitante, en cambio, nunca fue capaz de modificar esa dinámica, y con el correr de los minutos se apagó.

Veinte minutos fue el tiempo que duró el estudio entre los dos equipos. Durante ese tiempo, el balón circuló poco, y cuando lo hizo, fue gracias a los pelotazos y a los balones en largo del Eibar, que buscaban con insistencia a Altuna y a Arruabarrena, aunque sin demasiado éxito.

La solidez defensiva visitante comenzó a resquebrajarse en el minuto 20, ya que fue entonces cuando concedió el primer remate a portería, de Sutil, que se marchó desviado. La respuesta fue un cañonazo de Petter, desde 30 m., que se fue muy cerca de la meta custodiada por Xabier.

Y despertó el gigante

A medida que transcurrían los minutos, la capacidad de los zagueros para despejar mermó, y las situaciones de peligro comenzaron a ser moneda corriente en el encuentro. Altuna obligó a Pablo Castro, con un testarazo, en el minuto 28. Dos minutos despus, Añíbarro evitó que Sestelo, que llegaba libre de marcas, anotase a placer. Otra vez Altuna, en la acción siguiente, ganó de cabeza en el área del Compostela, pero remató desviado.

Cuando la primera parte se moría, el Eibar conseguiría el primero de sus dos tantos psicológicos, con la receta típica de la casa. Balón en largo y vertical, Arruabarrena ganó a su marcador y peinó el cuero. Altuna se filtró entre los centrales y definió por bajo ante Pablo Castro para abrir el marcador justo antes del descanso.

Apenas comenzada la segunda mitad, el cuadro local pondría el 2-0, con otro tanto ¿psicológico? La última línea del Compostela no fue capaz de despejar correctamente un córner enviado desde la izquierda, Urzelai remató mordido y Altuna, casi sobre la línea de gol y en posible fuera de juego, marcó.

El segundo gol local apagó al Compostela. Esta vez no encontraría reacción inmediata en sus jugadores y estuvo a merced del Eibar, que sin embargo bajó el ritmo y no fue capaz de matar al rival que pedía clemencia.

El que perdona la paga

El cuadro local no puso la puntilla, y en el minuto 74, en una acción de equipo, de combinación, en la que fue capaz de descompensar a la zaga Eibarresa, Sestelo sirvió para Rubén Márquez, quien sustituyó a Iván en el minuto 59, y descontó.

La expulsión de Andrés devolvió la fe al Compostela, que no se amilanó, a pesar de que cuatro minutos ms tarde se iría a la caseta Toño. La apuesta estaba hecha. Centrón falló por dos veces, y ya en tiempo de prolongación llegaría el tanto de Alberto Mariño de volea que dejó sorprendidos a los aficionados locales, y eufóricos a los futbolistas visitantes.

30 nov 2009 / 02:49
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