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Compostela respira fuerte cada día con 50 pulmones de color verde

Desde el Pedroso hasta el Monte do Gozo, Santiago destaca por su gran patrimonio vegetal // Tiene cinco millones de metros cuadrados de parque

Entre sus históricas piedras, Compostela atesora un importante patrimonio vegetal, que se entremezcla con su inmenso acervo histórico y cultural. Desde el Monte Pedroso hasta el Monte del Gozo se extiende una faja de espacios verdes abiertos y cerrados, nuevos e históricos, públicos y privados, que hacen de Compostela un referente en cuanto a la cantidad y calidad de zonas verdes. Incluyen parques, jardines, huertas, ríos y paisajes, que se complementan con las zonas no urbanizadas de las parroquias, que siguen conservando su estructura rural.

Lo cierto es que Raxoi gestiona 2.394.036 metros cuadrados de zonas verdes, incluyendo más de 30.000 árboles, que unidas a las administradas por la Xunta de Galicia y la Universidad de Santiago, suman más de 5.000.000 de metros cuadrados de zonas vegetales en el municipio. Teniendo en cuenta solamente la superficie de titularidad municipal, se dispondría de 24,94 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, y más de un árbol por cada cuatro residentes, muy por encima de las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que estima unos 10-15 metros cuadrados por habitante. La ratio sería aún mayor si se contabilizara toda la superficie verde existente en Santiago, lo que supondría unos 52 metros cuadrados por habitante.

A día de hoy, Santiago cuenta con más de 47 parques mayores de 10.000 metros cuadrados, siendo éstos próximos y accesibles, lo que resulta tan importante como su cantidad. Las previsiones de crecimiento se encuadran en la mejora de la interconexión de las zonas verdes existentes, el diseño de nuevos parques transicionales y la creación de una extensa red de parques fluviales que englobarían la totalidad de los tramos periurbanos de los ríos Sar y Sarela.

Los parques y jardines tienen la virtud de transformarse a sí mismos a lo largo de las estaciones, modificando a su vez a toda la ciudad: coloreándola en otoño, desnudándola en invierno, iluminándola en primavera, asombrándola en verano, invadiéndola con el olor de la tierra mojada, de la hierba recién cortada, de las plantas que florecen... y son, sin duda, los mejores salones desde los que contemplar los atardeceres de Compostela.

Desde casi cualquier punto de la ciudad, y muy especialmente de la zona histórica, se abren perspectivas que descubren los parques urbanos. A esa sensación de cercanía de la naturaleza contribuyen sin duda desde hace ya siglos los jardines históricos -el conjunto formado por el parque de la Alameda, el robledal de Santa Susana y el Campus Universitario Sur, más los parques de Santo Domingo de Bonaval y de Belvís-, que siguen estando entre los lugares más emblemáticos y visitados de la ciudad.

Entre los más conocidos, los parques de la Alameda, San Domingos de Bonaval, Belvís, el Campus Universitario Sur, la Carballeira de San Lourenzo, Eugenio Granell (O Paxonal) o Galeras; el paseo fluvial del río Sarela, los parques de la Finca do Espiño y de la Granxa do Xesto; las Brañas de Sar, el Bosque de Galicia; el parque del Lago y los de Pablo Iglesias, Ponte Mantible, Blanco Amor y San Caetano... También destacan los del Monte da Almáciga, el de la Música en Compostela, el de Vista Alegre (Finca Simeón), Avda. Burgo das Nacións y Xixón, así como los de Fermín Bouza Brey y Alexandre Bóveda, o el de Carlomagno, en As Fontiñas.

En el corazón de la ciudad se encuentra el parque de la Alameda, favorito de muchos. Con una extensión de unos 56.000 m2, es uno de los pocos que cuenta con baños públicos. Su ubicación ofrece unas hermosas vistas a la Catedral de Santiago, la skyline de Compostela, y cuenta con gran cantidad de bancos, algunos de ellos especiales por su artística forma con un respaldo de fundición de la conocida fábrica gallega de Sargadelos. Es, desde el siglo XIX, el más importante punto de referencia de los paseos y del ocio de los santiagueses, caracterizada por ser un espacio muy acogedor. Otra opción, Bonaval, que se abre paso entre el cementerio del convento dominico, una finca rehabilitada como parque urbano según el proyecto dirigido por la arquitecta gallega Isabel Aguirre y el portugués Álvaro Siza. Son solo dos ejemplos, quizás los más significativos, de la diversidad de espacios verdes de Compostela.

Todos se gestionan a través del Servizo de Mantemento, Conservación e Mellora dos Espazos Verdes e Arboredo Urbano, y con gran ambición en cuanto a la sostenibilidad, puesto que el proyecto de gestión está basado en la sensibilización ambiental tanto de los implicados en el servicio como de la ciudadanía en general. Para esto existe un plan municipal que tiene como objetivos dar a conocer entre los diferentes sectores de la población los valores que albergan los espacios verdes públicos de la ciudad de Santiago.

10 ene 2020 / 22:28
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