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Conseguir abaratar la energía

    LA conservación del planeta y la lucha contra su deterioro hace cada vez más urgente el cambio de tecnologías relacionadas con la obtención de energía, sustituyendo fuentes como el carbón o el petróleo y la nuclear, que utiliza la fisión de núcleos atómicos, por energías más limpias como las llamadas renovables. Por ello se aprueban estrategias para ir sustituyendo en las industrias y en el transporte unas energías por otras. La sustitución no es fácil porque lleva consigo ajustes y cambios en los recursos humanos y económicos con lo que esto significa socialmente. Las estrategias deben tener como objetivo reducir al máximo los costes humanos, sociales y económicos, al mismo tiempo que se hace la sustitución de las fuentes y tecnologías de la energía.

    El cambio no es fácil y ya esta causando graves problemas y preocupaciones. También es verdad que abre nuevas perspectivas y oportunidades tanto a personas como a países. Países con pocas reservas de gas y petróleo que pagan una gran factura por la energía que importan, pueden beneficiarse si se siguen abaratando las energías renovables como la eólica y la solar y se van resolviendo sus problemas de almacenamiento. En países del Tercer Mundo, como lo son muchos africanos, las energías renovables pueden suponer un gran avance en su bienestar social. En el transporte se va introduciendo en el mercado el coche eléctrico y otras clases de coches menos contaminantes.

    Aunque en los últimos años no ocupa las primeras páginas de los periódicos ni las cabeceras de los telediarios, hay otra tecnología en vías de ser importante, la fusión, consistente en fusionar núcleos pequeños como el deuterón y el tritio dando lugar a otros núcleos y a una gran liberación de energía. Para este fin se aprobó en 2005 el proyecto ITER, que consiste en construir una máquina donde se demuestre que es viable mediante la fusión obtener mucha más energía que la empleada para hacer posible la fusión y eso de una manera prolongable en el tiempo. En el proyecto participa la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea, India y China que financian su coste, que es superior a 2.500 millones de euros.

    El proyecto esta ahora en la fase de ensamblaje de los diferentes componentes en el lugar elegido para su montaje, situado en Cadarache, en el sur de Francia, estando en Barcelona la oficina de ingeniería. 2.300 trabajadores y técnicos trabajan en su construcción y alrededor de 3.000 científicos e ingenieros lo hacen en el diseño y desarrollo de este proyecto. Se espera que en 2025 se tenga el plasma caliente confinado en el dispositivo construido y alrededor de otros diez años para que empiece la propia operación de fusión del deuterio y tritio y se pueda conseguir el retorno de una energía de 500 Megawatios frente al input necesario de 50 Megawatios, es decir, multiplicar la energía por un factor 10.

    Notemos que el proyecto solo es para verificar la viabilidad de la tecnología de fusión. Después tendrán que pasar algunos años para su uso generalizado. En todos esos años, el resto de tecnologías renovables también mejorarán su coste y eficiencia y puede darse el caso que cuando sea disponible esta tecnología ya no sea necesaria. El tiempo lo dirá.

    Profesor emérito de la USC

    08 nov 2019 / 22:03
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