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TRIBUNA LIBRE

En el corredor de la muerte

    Magrete Auken se llama. El nombre no nos suena, pero igual dentro de un tiempo acabamos aprendiendo a deletrearlo. Es el de la eurodiputada danesa que ha elaborado un informe que no deja títere con cabeza denunciando el urbanismo salvaje en España _sobre todo, pero no únicamente, en la costa levantina_ que fue aprobado por abrumadora mayoría _334 votos a favor, 110 en contra y 114 abstenciones_ en el Parlamento Europeo el pasado 26 de marzo.

    Ya van tres, porque resoluciones semejantes precedieron a ésta en 2005 y 2007; y ahora con el agravante de que el texto aprobado viene a recordar que, para que las autoridades españolas no se lo tomen a broma, no estaría de más que la Comisión Europea ejerciera su facultad legal de cortar el grifo de los fondos estructurales a los estados que incumplen la normativa de la Unión. Las resoluciones de la Eurocámara no son vinculantes, aunque dan ideas, y más vale tomar nota de que mantener a tanto sinvergüenza inmobiliario fuera de la cárcel podría arrasar algo más que los muchos kilómetros cuadrados de territorio que ya ha echado a perder. Pero dejemos a la señora Auken en Bruselas y acompáñenme un momento a Santiago de Compostela.

    Allí se levanta la soberbia vivienda que abre el bloque de proyectos de este número, un delicado ejercicio de construcción ligera aliada con la piedra vernácula de los restos de una antigua fábrica de curtidos en Ponte Sarela, un artefacto alado, un espacio doméstico oxigenado digno de un Glenn Murcutt que hubiera cambiado las praderas infinitas de Nueva Gales del Sur por las rezumantes campiñas gallegas. Pues bien, sepan que están visitando a un condenado a muerte. La casa es parte de un vasto proyecto de rehabilitación en todo el complejo de la antigua fábrica firmado por Víctor López Cotelo y promovido por José Otero Pombo, propietario y habitante de la vivienda.

    Este debería incluir un hotel y otras dependencias de equipamiento cultural, y forma parte de un conjunto de actuaciones similares diseñadas por el mismo arquitecto y puestas en marcha por el mismo promotor que han recibido todo tipo de reconocimientos, el último el de ser incluidas en bloque en el Pabellón Español de la última Bienal de Arquitectura de Venecia.

    La sentencia del TSXG

    Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia a principios del año pasado obliga a demoler la mayor parte del conjunto pese a contar con todas las bendiciones legales y administrativas, y lo peor es que lo hace interpretando perversamente una normativa cuyo objetivo se supone que es proteger el patrimonio edificado tanto como el natural. El caso es bien conocido en Galicia y ha generado manifiestos y movimientos de protesta, pero bien merece un eco más amplio, aunque sólo sea porque López Cotelo y Otero Pombo prueban que para ser un gran arquitecto no hacen falta maneras de divo operístico, que el negocio inmobiliario no es necesariamente una variante de la delincuencia organizada y que, en Europa, la buena arquitectura nueva ha sido históricamente el mejor aliado de la naturaleza y el patrimonio construido.

    Por cierto, el texto de Auken llama la atención sobre "la falta de confianza generalizada (...) frente al sistema judicial español como medio para obtener reparación y justicia" en las materias que denuncia. Unos exagerados estos daneses.

    29 abr 2009 / 22:23
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