Despegue del dron Targus en Rozas

El dron Targus, de 1,25 toneladas de peso y una envergadura de 11 metros, el mayor de España y entre los más grandes de Europa, se encuentra en período de ensayos simulados en el aeródromo de Rozas, en el concello lucense de Castro de Rei.

Se trata de una aeronave civil preparada para volar con y sin piloto, impulsada por la tecnológica Indra y la firma gallega Gaerum. Es la primera que logra en España un permiso de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para iniciar las pruebas de vuelo del que es uno de los mayores y más avanzados drones civiles en desarrollo en Europa.

Indra cumple de este modo con los plazos y compromisos asumidos para el desarrollo de su Aeronave Opcionalmente Tripulada (OPV), uno de los proyectos clave que aborda dentro de la Civil UAVs Initiative, la ambiciosa propuesta con la que la Xunta de Galicia, a través la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), quiere convertir a la comunidad en referente internacional del sector.

Se trata, según señalan desde Indra, de la primera vez que un OPV de algo más de 1.200 kilos de peso y fabricación española logra un permiso este tipo para volar.

Las primeras pruebas están ya en marcha el Centro de Investigación y Experimentación Aeronáutica (CIAR) de Rozas, en Castro de Rei, y tienen como objetivo "comprobar que las modificaciones y sistema instalados en el avión no alteran su comportamiento en vuelo", según apuntaron desde el gabinete de prensa de Indra.

A partir del próximo mes de abril darán inicio las pruebas de vuelo en remoto, que se extenderán durante un año. En ellas, el piloto en cabina cederá el mando al centro de control en tierra y solo intervendrá en caso de incidencia y en los momentos críticos del aterrizaje y despegue.

INGENIERÍA AVANZADA. Los requisitos de seguridad en la industria aeronáutica son extremadamente exigentes y, por este motivo, Indra y su socio Gaerum han tenido que superar un complejo proceso de pruebas y tests, completamente nuevo, antes de obtener la certificación de las autoridades aeronáuticas.

Entre los trabajos hechos para lograr ese hito tecnológico figura la modificación de la plataforma Tecnam P-2006 T, siguiendo el procedimiento acordado con las autoridades, para instalar el sistema de control de vuelo automático en la aeronave.

También se ha tenido que integrar el sistema de vuelo automático con el resto de equipos de la aeronave y comprobar su perfecto funcionamiento. Desarrollar y certificar el sistema que permite al piloto de a bordo transferir el control a la estación de tierra de forma sencilla y rápida, mediante un único actuador, ha sido otro de los trabajos requeridos, junto con la comprobación de que la estación de control de tierra ejecuta en modo remoto todos los procedimientos operacionales de la aeronave, incluyendo el chequeo prevuelo, la puesta en marcha del sistema y la ejecución de una misión operativa.

Un elemento innovador que se ha empleado intensivamente en este proceso ha sido la simulación de la aeronave y de todos sus sistemas para poder validar las decisiones de diseño y ejecutar pruebas sin necesidad de volar.

Esto ha permitido validar el comportamiento de la aeronave a lo largo de una misión simulada completa, desde el despegue hasta el aterrizaje. Se han minimizando de esta forma riesgos y se ha reforzado la seguridad, ahorrando costes, indica Indra.

165 MILLONES. Impulsada por la Xunta, la Civil UAVs Initiative ha movilizado 165 millones de euros en cuatro grandes programas. El primero se centra en la creación y mejora de infraestructuras aeronáuticas en Rozas para facilitar el desarrollo del sector en la región; el segundo es un programa de I+D dotado con 115 millones para trabajar en el desarrollo de nuevos productos, tecnologías y soluciones; el tercer pilar pasa por once licitaciones precomerciales de soluciones basadas en el uso de UAVs dirigidas a mejorar la gestión del territorio y el medio rural, el control marítimo y el tráfico aéreo.