"Después empezó a parar en la antigua gasolinera"

Casimiro Eibes reconoce que la situación que vivían los habitantes del barrio no era algo habitual, "teníamos que desplazarnos bastante. Para nosotros era algo necesario y que nos correspondía como casco urbano", explica. Finalmente, tras la protesta, consiguieron una pequeña mejoría, ya que los autobuses empezaron a llegar "hasta la antigua gasolinera, donde está la rotonda", algo que facilitó bastante la vida de todos los vecinos del barrio que se servían del transporte público para desplazarse al centro de la ciudad. A día de hoy, el de los autobuses, ya es un problema del pasado. Actualmente, son varias las líneas que circulan por la zona, un logro que todavía muchos le agradecen a aquella manifestación.