Se destierra el mito de que Galicia es la zona con más longevidad
Es la novena comunidad con más esperanza de vida // España está a la cabeza de Europa
Esa leyenda que dice que Galicia es la región española con más longevos acaba de morir a manos del informe Esperanzas de vida en España, 2017 publicado por el Ministerio de Sanidad. La esperanza de vida en España se sitúa actualmente en los 83,3 años de media, siendo la mayor registrada en los países de la Unión Europea y la tercera a nivel mundial, sólo superada por Japón y Suiza.
En el caso de Galicia, superando la media estatal en una décima, se posiciona como la novena comunidad con mayor esperanza vital, con un promedio que alcanza los 83,4 años.
De acuerdo con el citado informe, por comunidades autónomas, Madrid es la región en la que sus habitantes son más longevos (85,08), seguida de Castilla y León (84,2), Navarra (84,13), La Rioja (84,01), País Vasco (84), Cataluña (83,64), Cantabria (83,63), Aragón (83,52), Galicia (83,40), Castilla-La Mancha (83,20), Baleares (83,11) y Canarias (83,04).
Por el contrario, las regiones españolas que registraron menor esperanza de existencia en el año 2017 fueron Ceuta y Melilla (80,65), Andalucía (82,08), Extremadura (82,42), Murcia (82,61), Comunidad Valenciana (82,81) y Asturias, con 82,84 primaveras.
ELLAS VIVEN MÁS. El informe revela que aunque la esperanza media de vida en España fue de 83,3 años, a la hora de hacer el desglose por sexos, en los hombres se situó en 80,4 años y en las mujeres en 86. Es decir, ellas viven casi tres años más que la media y los varones tres menos. Destaca el análisis que, desde 2002, la esperanza de vida ha crecido en términos absolutos unos 3,5 años (4,2 en hombres y 2,8 en mujeres).
La explicación de que los hombres viven menos se sustenta, según el Ministerio de Sanidad, en que tienen un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y una exposición de "mayor magnitud" a comportamientos de riesgo relacionados con la dieta y el tabaco. No obstante, aunque las mujeres viven más que los varones, la diferencia se ha ido reduciendo desde 1992 debido, entre otros factores, a la incorporación de la mujer a hábitos de riesgo, como el tabaco.