Diseño textil 'top' nacido en el rural profundo de Galicia

Anna Champeney es una firme defensora de la vida en el rural, pese a las circunstancias que supone vivir en una aldea de ese rural gallego profundo.

Británica de Norwich, experta en historia antigua y arqueología, Anne abandonó su vida profesional en la capital londinense para venir becada a Galicia a aprender los secretos del ancestral tejido artesanal con telares. Y en 1995 se instaló en Pedrafita do Cebreiro. Aquí conoció a Hermelinda, una veterana tejedora artesana, que acrecentó en ella el interés por ese modo de tejer usado de antiguo en la montaña lucense y que se plantease un cambio radical en su vida. Y fue con Hermelinda donde aprendió el oficio de tejedora. En Pedrafita se formó en la técnica de la felpa, el sistema más común en Galicia para hacer colchas.

Finalmente Champeney, junto con su compañero Lluis Grau, un catalán dedicado a la cestería artesanal, se instaló en el año 2.000 en la pequeña aldea de Cristosende, en el concello ourensano de A Teixeira, en el corazón de la Ribeira Sacra, donde montó un taller textil en el que imparte cursos y elabora piezas de diseño, que el cliente puede encargar también con estilo personalizado, que comercializa a través de la red, desde el portal web: annachampeney.com.

Uno de sus objetivos es sacar la artesanía tradicional de los museos y acercarla al gran público, a través de unos diseños modernos y atractivos, con prendas tejidas de manera artesanal en lana y cachemir, en su telar de Cristosende.

Anna Champeney lleva ya 17 años ejerciendo de tejedora, manteniendo vivo el oficio artesano de las viejas tecelás, condenado a desaparecer, en una Galicia que, sin remedio, se desangra demográficamente.

BALANCE POSITIVO. Anna reconoce que, pese a las limitaciones y dificultades que conlleva vivir en el rural, el balance de esos 17 años en Cristosende "ha sido positivo y estoy satisfecha de mi labor profesional". Añade que su situación cambió mucho de los inicios a la actualidad.

Subraya que del clásico telar manual, gracias a una subvención de los fondos Feder, "he adquirido un telar de última generación, que puedo controlar desde el ordenador y permite elaborar diseños más complejos, con más posibilidades y que da al tejedor más libertad manteniendo el formato artesanal".

Apunta que ahora, en comparación con años atrás, tiene una conexión a Internet decente que le permite mantener su tienda online y tener su escaparate de diseños abierto los 365 días del año. "Las nuevas tecnologías ayudan y en mi caso son fundamentales", reconoce.

En su catálogo textil de diseños, según apunta, el chal, los fulares y las mantas de lana merina australiana de alta calidad son los que mayor demanda comercial tienen en su web de venta online.

Los cursos formativos para aprender a tejer en un telar artesano son otra de las actividades que mantiene Champeney en su estudio de Cristosende. A ellos acude gente de toda la geografía española para aprender el oficio con la intención de trabajar en casa de manera independiente y también a nivel profesional.

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