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Los dúos y el chaval

    otro gran partido del Obra, como contra el Barça y el Tenerife, en el que se estuvo en él hasta casi al final y cuando llegó el momento de la verdad, otra vez se pagó el esfuerzo y el equipo encajó un parcial muy negativo que le dejó sin opciones de disputar el esprín final y poder obtener el premio. En estos minutos finales el Obra se equivocó porque cuando te defienden Campazzo, Llull y Rudy es muy difícil conseguir ventajas exteriores y, por ejemplo, Calloway quiso ser el protagonista y decidir, cuando, leyendo bien el juego, la ventaja estaba en Brodziansky, superior en centímetros y experiencia a su defensor Garuba, sin el bagaje ni el cuerpo necesario aún para defenderlo cerca del aro. Lo que sí tiene es un talento reboteador impresionante. Su facilidad me recordaba a Alfonso Reyes, en su etapa júnior o a su hermano Felipe. Pero el chaval tiene más altura, potencia y los brazos más largos. Su tiempo de salto es similar al de los hermanos Reyes. En este aspecto es dónde más sufrió el Obra, cogió 9 rechaces menos que el Madrid y cedió 13 ofensivos. Perder en el rebote y estar muy flojos en los tiros libres son ventajas que decantan un partido que, otra vez, en momentos importantes estropean los árbitros con Yasmina al frente, asumiendo un protagonismo para el que no está preparada. La ACB está sufriendo un relevo generacional que hace insufrible el arbitraje en muchas más ocasiones de las deseadas.

    Lo mejor del Obra fue su juego interior, que aunque no pudo sujetar al chaval en el rebote ofensivo, sí fue capaz de superar en ataque a sus oponentes, incluso con el ahora más musculado Tavares, que ha perdido velocidad y al que Kravic le hizo un traje. Daum jugó su mejor partido y dejó destellos de lo que nos puede dar, De Zeeuw estuvo muy bien y Brodziansky jugó a muy buen nivel. Por fuera costó sujetar a los bases madridistas, ¡vaya dúo! Aparte de dirigir y jugar bien, tienen muchos puntos en sus muñecas y permiten que Llull pueda jugar de 2, donde está más cómodo al ser su puesto natural. Laso va rotando a sus hombres, a su amplia plantilla, pero en el momento clave, aparte de defender como saben hacerlo, Llull y Rudy deciden, aunque no estuvieran excelsos con anterioridad.

    Si queremos ver el vaso medio vacío, el Obra está de último, debido a los puntos encajados en Zaragoza. Si lo queremos ver medio lleno, hemos pasado el Tourmalet y el Angliru, hemos competido bien en Tenerife y ganado en Sar a un excelente Bilbao. Ahora comienza una liga más accesible dentro de la realidad de una competición más difícil que nunca, pero las sensaciones del juego interior del Obra no pueden ser mejores. A poco que mejoremos fuera, salvo Muñoz que junto con Kravic, están siendo los mejores y más regulares, vamos a poder recibir buenas nuevas si se consigue apuntalar el rebote, que es tarea de todos. ¿En Murcia la segunda ?

    21 oct 2019 / 21:35
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