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Ecologistas denuncian el robo de huesos del cachalote de Doniños

La Sociedad Galega de Historia Natural (SGHN) de Ferrol ha denunciado ante el Seprona el robo de parte de la mandíbula y la dentadura del cachalote hembra que varó el pasado fin de semana en la cala de Lume Boo, en la parroquia costera de Doniños, y que fue extraída por la noche con una motosierra, según indicó un portavoz de esta entidad ecologista.
 
La SGHN calcula que el robo se produjo el miércoles de madrugada, y acudieron a formalizar la denuncia en las últimas horas.
 
Los saqueadores bajaron hasta el arenal, una pequeña cala rocosa de difícil acceso, con una motosierra que emplearon para abrir el cetáceo y desguazar parte de su mandíbula inferior y la dentadura del cetáceo.
 
Ignacio Da Silva, coordinador de la SGHN en Ferrol, que denunció los hechos ante el Seprona, de la Guardia Civil, especializados en delitos ambientales, señaló que la posesión de restos biológicos no está permitida, ni tampoco su venta, que sería ilegal.
 
Efectivos del Seprona y la SGHN vigilan el cadáver para evitar nuevos saqueos.
 
La intención de la entidad ecologista era reflotar el cadáver del cachalote, y remolcarlo hasta la explanada del puerto exterior de Ferrol, para realizarle la necropsia y conservar el esqueleto íntegro con fines educativos, para exhibir como parte de los fondos marinos del futuro Museo da Natureza de Ferrol.
 
Sin embargo, la complicada orografía de la playa ferrolana complicó el rescate el pasado lunes, y el cachalote quedó encajado entre las rocas, con un fuerte mar de fondo.
 
La SGHN lamenta que la osamenta no haya podido conservarse íntegra por la acción de los delincuentes y apuntan que el rescate del enorme mamífero, que pesa entre 20 y 24 toneladas, es inviable y confían en que un temporal ponga a flote el resto del cetáceo, para remolcarlo y recuperar parte de su esqueleto.
 
El cachalote no está catalogado como animal protegido, pero sí como especie vulnerable. Puede alcanzar los 18 metros de largo, nada en aguas profundas y se alimenta de calamares gigantes.
 
El ejemplar que varó en Ferrol era una hembra de 11 metros y tenía marcas de aparejo junto a la boca, por lo que los ecologistas sospechan que tragó algo que le hizo enfermar y fue empujada por la corriente hasta la orilla el pasado fin de semana.

03 feb 2011 / 13:30
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