Felipe González arropó a Touriño ante 4.000 personas en Vilagarcía
Touriño exhibe a Felipe González para equiparar aquella época con el cambio en la comunidad ·· El ex presidente pide apoyo al PSdeG para derrotar al PP porque éste sólo "trabaja con el voto cautivo" ·· Ante 4.000 personas se remonta a tiempos de Hitler para explicar la crisis
Llegó, habló y cautivó. Felipe González apareció en Vilagarcía y los socialistas estallaron de júbilo, aunque la música añadiese cierta ironía con una canción de Supergrass titulada We are young (somos jóvenes). Para los socialistas, él siempre estará hecho un chaval. Su brillo eclipsa a cualquiera excepto a Zapatero, que hoy está en A Coruña, y a Touriño le llega con estar cerca de él para comprobar cómo todavía le piden autógrafos. A él, sin embargo, por la mañana lo confundieron con Bugallo, el alcalde de Santiago. Es lo que tienen las "lendas vivas do socialismo", según la alcaldesa de Vilagarcía.
La gente lo mira con ilusión incluso cuando llega a Vilagarcía para decir que ha caído un 20% la exportación china de acero, que el PIB de Alemania ha disminuido más de dos puntos o que la quiebra de Lehman Brothers fue culpa de la avaricia. En el centro del público una madre que vivió la Transición y su hija asienten con la cabeza: "Claro, claro". Y sonríen.
En Galicia, el ex presidente del Gobierno apoyó a Touriño con poco más que su presencia, porque su discurso se centró en explicar las causas de la crisis con una lección de macroeconomía ante la que los 4.000 asistentes al mitin de Fexdega bostezaban a veces. Cuando lo percibía lanzaba un gancho dialéctico propio de sus años dorados. "(A los responsables de la crisis) Les han dado 20 millones para jubilarse en las Seychelles, 20 millones de patadas en el culo", espetó.
Poco importaba. Lo crucial era demostrar que existe la estrategia del Cid. Sin necesidad de subirse a Babieca, el PSdeG trajo a Galicia a Felipe para recordar los tiempos dorados y equiparar la Transición con la derrota del fraguismo hace cuatro años. El candidato socialista a la reelección como presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, recordó que "no 82 deixou atrás a España da tristura" y ahora toca repetir esa decisión. "Non queremos volver atrás", exclamó el líder del PSdeG.
Quizás Felipe no le escuchó porque para explicar la crisis actual se remontó al crac del 29 y Roosevelt y su New Deal e incluso al plan económico de Hitler previo a la II Guerra Mundial. La madre que vivió la Transición y su hija ya no sonreían, sino que buscaban un mejor acomodo en sus sillas.
Felipe sólo se acordó de enfatizar el mensaje del PSdeG cuando pidió la movilización con un objetivo claro. "Les pido que se muevan y voten a Emilio no para que mejore sus resultados, voten para que gane al PP, que sigue trabajando con el voto cautivo", pidió "Lo veo venir. Van a intentar que la gente se quede en su casa", aseguró.
Quizás por educación, acabó su mitin refiriéndose a algo en lo que podría tener responsabilidad Touriño: el desarrollo de Galicia "no como reconquista, sino para que sea por primera vez en su historia país de inmigración y no de emigración, de creación de riqueza dentro y no fuera".
Y para ello no sirve la receta de la derecha. Touriño la definió: "É fría e dura cos traballadores e os pensionistas, cos máis débiles, e sumisa cos que teñen cartos".