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Los "Felos" de Maceda imponen su ley en el Entroido rural de San Mamede

Primos carnales de los ‘peliqueiros’ de Laza, un centenar de ellos tomaron ayer las aldeas y pueblos de la Sierra de San Mamede

Más de un centenar de "Felos", nombre que recibe el personaje central del Entroido en el municipio ourensano de Maceda, han tomado este sábado las aldeas y pueblos de la Sierra de San Mamede, en una de las celebraciones más auténticas y de mayor tradición de la provincia ourensana.

Hermanos de los "Cigarróns" de Verín y los "Peliqueiros" en Laza, puesto que pertenecen al mismo tronco histórico, los "felos" comenzaron esta mañana su viaje iniciático, acompañados por el ruido de las 'chocas' (cencerros atados a la cintura), recreando un rito que parte, según los historiadores, de las sociedades más tribales y del culto al vino y al placer de épocas pre-cristianas.

Aunque menos conocido que el Entroido que acoge el triángulo mágico ourensano (que conforman Xinzo, Verín y Laza), el carnaval de Maceda es, sin duda alguna, una de las celebraciones que recrea con mayor autenticidad esta fiesta de origen pagano.

Antiguamente, explica a Efe el historiador ourensano Santiago Prol, solían salir por primera vez "el 1 de enero, a las doce de la noche" a fin de "anunciar el año nuevo", una tradición que se ha ido perdiendo "ciñéndose en este momento a los propios días de Carnaval".

Después de reunirse en la plaza mayor de Maceda, los 'felos' iniciaron hoy su recorrido en la parte alta de la sierra, en Castro de Escuadro, Pías, Santirso, y Xinzo da Costa, hasta su llegada a Tioria.

De aldea en aldea, imponen cada año la tiranía de su bastón, uno de los elementos más representativos de su vestimenta, pero departen también su alegría entre los vecinos del lugar.

Aunque menos solemnes que sus parientes del triángulo mágico, se distinguen por sus 'esgutíos' (una especie de aullido que realizan a su llegada) y sus bailes. Los 'felos' realizan "saltos y brincos", y sacan a hombres y mujeres a danzar "en una especie de rito erótico".

Una vez en la aldea, reponen fuerzas junto al resto de vecinos gracias a las mesas repletas de bica, melindres y refrescos antes de continuar hasta el siguiente lugar.

A diferencia de los 'cigarróns' y 'peliqueiros', el 'felo' se caracteriza por tener una figura "más masculinizada", apunta Prol. Va ataviado con medias negras (no blancas) y el bastón en la mano, que usa de forma intimidatoria; utiliza botas, a causa del frío, porta cinco chocas y no seis y no pide dinero. "Vivían de lo que le daban y dormían donde podían".

"Es una máscara completamente anárquica que hace lo que quiere y no se somete a ningún tipo de organización", como ocurre en otras villas, añade Prol. Comparten con otras "eso sí" el ruido de las chocas, elemento utilizado para espantar a lobos y malos espíritus en las noches de Entroido.

El origen de esta máscara es incierto. Se cree que antes actuaban solos y nunca mostraban su rostro, oculto tras una máscara de gesto autoritario y sonrisa socarrona, coronada por la ilustración de un animal o ave rapaz representativa de la sierra de San Mamede.

En cuanto a la chaquetilla, se cree que los atuendos son los mismos que utilizaron los soldados en la batalla de Napoleón y en las guerras Carlistas, y que se habrían extendido a otras localidades. "Está documentado que 500 soldados dejaron unas 40 chaquetas en Castro de Escuadro" en la tercera Guerra Carlista, y que "perduraron hasta la actualidad", dijo el historiador.

Aunque menos conocido que el triángulo mágico, el Entroido de Maceda ha empezado a despertar en los últimos años el interés de investigadores y medios de comunicación. De momento, la creciente presencia de niños así como las labores de difusión del
ayuntamiento parecen garantizar su futuro.

09 feb 2013 / 18:40
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