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Ferrol, 1944: un nido para los espías nazis

El ingeniero Alexander Brendel coordinaba desde aquí el abastecimiento clandestino a las tropas de Hitler // Enrique Barrera narra aquellos hechos

    En aquel Ferrol de 1944, la miseria recorría las calles como una manada de ratas. España ejercía aparentemente un papel neutral en la II Guerra Mundial. Pero desde la cuna de Franco, alguien manejaba los hilos del abastecimiento de las famosas Pôches de l’Atlantique: aquellas bolsas en las que quedaron atrapadas las tropas alemanas, tras el desembarco de Normandía. Bajo el barniz de respetabilidad que le otorgaba su trabajo de ingeniero en los astilleros ferrolanos, el alemán Alexander Brendel actuaba en realidad como espía. Y organizaba una red clandestina de transporte para surtir sobre todo con víveres a las guarniciones alemanas que resistían en las bases navales francesas de La Rochelle, Royan, Saint-Nazaire y Lorient.

    El historiador Enrique Barrera recupera esta conexión ferrolana con el espionaje nazi: “Tras el exitoso desembarco de los aliados en Francia, los alemanes se retiraron, pero dejaron potentes guarniciones en ciertas bases con el objetivo de mantenerlas operativas... aunque aisladas o embolsadas, sólo se rindieron días antes de terminar la guerra”. Aquí entra el papel de Alexander Brendel, ingeniero que vivía en la calle Real, 195, 1º izquierda de Ferrol. En realidad, ejercía como agente del Abwehr (organización de inteligencia militar alemana) y contaba como mano derecha con la falangista coruñesa María José Pérez Torres (trabajadora del Sindicato Vertical del Transporte).

    Más información en El Correo Gallego (edición papel) y en Orbyt

    11 dic 2016 / 21:14
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