Ferrol nació en tres islas con minas de oro y hornos celtas
Universidade y CSIC preservarán los restos de Santa Comba gracias a un plan director
Los primeros pobladores de Ferrol ya soñaban con el naval y vivían de la metalurgia. Así lo confirman los descubrimientos arqueológicos de los últimos diez años en la costa. La aldea matriz se fundó en la actual isla de Santa Comba, donde se ha encontrado "o único forno de obradoiro para traballos con ferro que se coñece en Galicia". Aquella comunidad celta nos legó un castro, desde el cual se controlaban las rutas marítimas. Sus moradores vivían de la pesca y la agricultura. Pero también contaban con un tesoro deslumbrante: las minas de oro a cielo abierto de Covarradeiras, explotadas con ahínco durante el Imperio Romano. La Universidade de A Coruña y el CSIC preservarán a través de un plan director todos estos hallazgos, gracias al impulso de los vecinos en la Sociedade Cultural Columba.
Como indica José Luis Armada, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, "temos o castro de Santa Comba e unha ermida cristiana, xacementos localizados en tres illas aínda que na prehistoria formaban unha península". Las excavaciones se realizaron en 2001 y 2006, "empregando por primeira vez a metodoloxía científica en Ferrol con datacións de carbono 14". También se encontró un lavadero de metal aún usado a principios del siglo XX. El nuevo plan director busca "a protección medioambiental da zona, con usos educativos para escolares, un control dos accesos e unha sinalización dos lugares". Según el presidente de Columba, José López Hermida, "celebramos un gran día para Ferrol con este apoio á recuperación patrimonial".
En esta costa hay un castro por parroquia. Con apariciones tan jugosas como el bosque prehistórico de la playa de Ponzos, en agosto de 2009. Como indica Víctor Alonso, decano de la Facultad de Humanidades (UDC), "sólo falta el liderazgo de las instituciones".