Una flautista de la Banda rescata 800 euros que volaron de una moto

Judith Rey, flautista de la Banda Municipal de Santiago, paseaba el pasado sábado por la céntrica calle García Barbón en Vigo, junto a su hijo y su marido, en dirección a una actuación circense a la que tenían previsto asistir. Sin embargo, un extraño acontecimiento los obligaría a pararse más de lo previsto. En un determinado momento, el pitido de un coche les hizo dirigir su atención hacía la carretera, donde, de pronto, vieron volar una gran cantidad de billetes que acababan en el suelo ante la mirada atónita de los transeúntes. El dinero pertenecía a Loly Espiñeira, la propietaria de un bar de la ciudad que se dirigía en moto a ingresar los billetes en una sucursal bancaria, cuando del sobre que llevaba mal cerrado en el bolso empezaron a caer cientos de euros.

Sin tiempo para más, Rey saltó a la carretera, parando el tráfico durante un buen rato, para recuperar todo el dinero que pudo, en total más de 800 de los 1.200 euros que se habían dado a la fuga, algo que no pareció gustar a muchos conductores que echaban mano de las bocinas para meterle prisa. "Al principio me acerque a comprobar si eran verdaderos, incluso llegué a pensar que era una cámara oculta", cuenta, aunque al comprobar la veracidad del efectivo y ante la imposibilidad de frenar a "la chica de la moto", no dudó en actuar.

Una vez rescatados todos los billetes que estaban a su alcance, la músico se puso en contacto con la Policía Local, y los agentes custodiaron los billetes. Mientras tanto, Loly llegó al banco con intención de hacer el ingreso y se encontró con el bolso vacío. Impactada por lo sucedido, llamó a la Policía Local de Vigo, que, para su sorpresa, la recibió con un: "Así que tú eres la de la moto", según relata la integrante de la Banda Municipal de Música de Santiago.

Finalmente, la historia tuvo un final feliz y la viguesa pudo recuperar el dinero con el que pretendía pagar el alquiler de su local. Judith, por su parte, asegura que nunca olvidará el día en el que asistió a una lluvia de billetes en plena calle y cuenta emocionada como, horas más tarde del suceso, recibió la llamada de una mujer que llorando le daba las gracias por su acto de honradez. Ayer, todavía con el susto en el cuerpo, ambas se tomaron un café en el bar de Loly.