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Follas Novas, la librería

"Para mí hay dos catedrales, la religiosa, la de siempre, y la del libro, Follas Novas, en ella, en sus paneles, cantan los pájaros de todos los saberes", aseguraba Ramón Piñeiro

La librería Follas Novas, después de un año de reformas (en la librería madre) trasladó definitivamente la sección de infantil y juvenil (que estaba en lo que fuera Abraxas), a la librería matriz. Casi un año de reformas costó poner al día esta sección; se amplió unos 45 metros y se retocó el suelo, estanterías, electricidad, etc. Después de ciertas deliberaciones se optó por unir, no desgajar. Seguimos un método que ya en la antigüedad lo ponían en práctica los grandes conquistadores o generales. Todo el mundo ha leído mucho o poco de las grandes civilizaciones: persas, griegos, Roma, etc. Todo aquel que lea un libro sobre "la guerra antigua" (yo tengo aquí presente uno de la editorial Akal, cuyo autor es Philip de Souza). Y si bien todo el libro es interesante, nos interesa más por nuestra cultura lo que se refiere a las guerras helénicas (Filipo y Alejandro Magno).

Filipo nació rey de Macedonia. Pero su reino era muy pequeño; para ampliarlo pasó toda su vida en guerra. Sufrió cinco accidentes mortales; salió de ellos, gracias a su vitalidad y tesón. Su hijo Alejandro, tuvo mejor suerte. Se educó con el mejor filósofo de todos los tiempos: Aristóteles. Y luego en la guerra fue un gran coloso, sin parangón. Conquistó prácticamente todo el mundo entonces conocido. Alejandría que fue una de las grandes ciudades de la antigüedad se construyó en su época. Allí se concentraron muchos judíos, raza con la que simpatizaba Alejandro. Allí se tradujo al griego la biblia hebrea, cuya versión se denomina los Setenta.

La estrategia que Alejandro tenía con sus generales es la que nosotros queremos aplicar en la librería; él hábilmente atribuía las victorias a los generales, de ahí que él solo interviniera en poquísimas ocasiones, pero cuando en realidad había un punto difícil, concentraba todas las tropas para atacar conjuntamente, (él con todos ellos).

Los dirigentes de Follas Novas, escuchan en la culta ciudad de Santiago, lo que algunos círculos culturales dicen: "Follas Novas es la mejor librería de Europa"; ellos no desconocen la vitalidad de otras librerías en Londres, París o Múnich. Pero tampoco se olvidan de lo que hace muy poco tiempo decía el prestigioso don Ramón Piñeiro: "para mi hay dos catedrales, la religiosa, la de siempre y la del libro Follas Novas, en ella, en sus paneles cantan los pájaros de todos los saberes".

No quisiera terminar este artículo sin aludir lo que decía mi amigo y compañero José Luis Colmeiro (37 años en F.N.) en un periodico local. Reproduzco sus palabras : Dame a sensación que agora se pode facer a carreira sen comprar un libro. Es cierto, yo corroboro esa frase, pero para bien de todos, y "sobre todo para el bien del libro" hay muchos, muchísimos compradores que adquieren el libro y no para hacer una carrera, sino por el placer que da el libro, para elevar el nivel de su cultura, por lo que disfruta aquel a quien se le regala un libro. Ahora que se acercan las Navidades (Colmeiro alude a estas fiestas y dice que es cuando se da el mayor volumen de ventas), esperamos de nuevo ver los establecimientos del libro llenos de clientes, porque esto demostrará que las generaciones futuras siguen amando el libro.

Pero quisiera matizar un poco más la frase de Colmeiro, con apuntes, sólo apuntes, se puede aprobar y hacer una carrera, pero pregunto ¿qué tipo de profesionales salen estudiando solo por apuntes? Yo cito un caso que me pasó a mí. En unas navidades estaba yo en casa de unos parientes, a donde había ido una tía mía que padecía algo del corazón. Yo apreciaba mucho a mi tía y también a mi prima que había hecho medicina. Al ponerse mal mi tía y la cosa empeoraba teníamos que hacer algo y mi prima (médico) con toda su buena voluntad decía: "pero ¿ en qué baúl estarán los apuntes?". Pero no era solo buscar los apuntes ,sino encontrar la página donde viniera aquella dolencia... entonces como salida de emergencia se optó por llamar a otro médico. Y este sí ya tenía una larga experiencia de enfermos y decidió que se llevara al hospital.

Yo me pregunto si esto pasa en casa del eminente y añorado Gregorio Marañón tendría nuestro caso otra solución. Él sabría con exactitud donde estaba el libro en su biblioteca y tal vez la página exacta donde estaba la dolencia...entonces como salida de emergencia se optó por llamar a otro médico. Y este sí ya tenía una larga experiencia de enfermos y decidió trasladarla al hospital.

Aquellos que siempre buscan la última explicación de las cosas, dicen de Marañón, dedicaba sólo media hora a la familia y el resto del tiempo a la ciencia.

11 nov 2018 / 13:29
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