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EDITORIAL

El futuro del sistema sanitario: ¿recortes o impuestos?

    ¿ESTÁ EN PELIGRO EL SISTEMA sanitario público en España? En la concentración de indignados ante el Parlament de Catalunya muchas de las consignas se referían al drástico recorte de prestaciones sanitarias puesto en marcha por el Gobierno de Artur Mas que han soliviantado a los profesionales y empleados del Servicio Catalán de Salud: cierre de hospitales, alquiler de quirófanos y camas a centros privados, reducción de personal, retrasos en las operaciones ordinarias, recortes en los servicios... una larga batería de medidas que, según la Generalitat son necesarias para garantizar una parte del sistema. Ayer en el Hórreo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunciaba la convocatoria de un grupo de expertos, el Consejo Médico y Sanitario de Galicia, para tomar medidas que garanticen el actual sistema. La decisión se toma ante la gravedad de la situación: hay una deuda reconocida de 15.000 millones de euros en la sanidad española. Feijóo se compromete a mantener las prestaciones y la calidad de la asistencia pero, al tiempo, reconoce que habrá problemas graves para abonar una factura que no deja de crecer.

    La situación es muy complicada, nadie tiene dudas y buena prueba de ello es que un reciente encuesta reflejaba que el 78% de los españoles están a favor de realizar algún esfuerzo, vía recortes, para que se mantengan la mayor parte de las prestaciones. Quizás ahí resida la clave. La conselleira Pilar Farjas decía hace pocos días, en relación a las políticas de optimización de recursos, que "tenemos que ser capaces de implicar a los ciudadanos como aliados que apoyen e incluso exijan estas medidas. La ciudadanía no puede ser sólo el cliente del sistema sanitario. Es su natural propietario y, como tal, debe ser partícipe y cómplice de las decisiones encaminadas a su mantenimiento y mejora".

    Galicia dio un paso adelante con el catálogo de genéricos y con un plan de ahorro en los centros que está siendo puesto como modelo en el resto de España. Pero no es suficiente en esta época de reducción drástica de ingresos. Quizás el Gobierno Feijóo debiera dar otro paso en la dirección de revertir la política regresiva fiscal: aplicar el llamado céntimo sanitario a tabaco y alcohol, tasa por utilización indebida (o abusiva) de servicios hospitalarios, subir los impuestos a las rentas más altas o exigir a las Mutuas que paguen los costes de los enfermos por causas laborales. Esas y otras son medidas sociales que beneficiarían a los que menos tienen y solo perjudicarían a aquellos que ingresan más. No es nada novedoso; es el modelo sueco y allí funciona a la perfección. ¿Por qué no puede hacerse en Galicia?

    15 jun 2011 / 23:58
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