Galicia reconoce en Quiroga la alquimia con su 'oro líquido'
Los aceiteros premian a Medio Rural, Fundación Juana de Vega, CSIC y al Concello // También a una productora y a un maestro de almazara local
Los romanos se dieron cuenta hace milenios: Quiroga y Valdeorras, a caballo de Lugo y Ourense, eran perfectas para el olivo, del que extraer la aceituna, del que obtener su particular oro líquido. Cuarenta explotaciones todavía lo constatan hoy. La Asociación de Produtores de Aceite e Aceituna de Galicia (APAG), que preside José Antonio García y que fue creada hace solo cuatro años, aglutina a 130 socios que suman 115 hectáreas de cultivo en distintas zonas de Galicia con más de 130.000 olivos.
APAG entregó ayer en Quiroga sus galardones, con los que pretende "darlle auxe ó cultivo do aceite en Galicia", reconoció a este periódico su líder. Desde la almazara de Ouro de Quiroga, para que se vea (y se pruebe) que el aceite es el zumo de las aceitunas, el primero de los reconocimientos fue para la Consellería do Medio Rural, por "involucrarse co sector". Lo recogió el conselleiro, José González, que destacó esa "vocación aceitera": "Temos en Quiroga os principais ingredientes para garantir o éxito presente e futuro do aceite galego: historia, cultivo, terra e homes e mulleres implicados nun labor ancestral".
Por eso el Concello lucense, como "cuna do aceite", según el titular de APAG, recibía su distinción. La I+D era reconocida con premios a la Fundación Juana de Vega y al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aliadas de los productores en el estudio Caracterización y recuperación de variedades de olivo autóctonas de Galicia, la brava y la mansa.
Los más emocionantes fueron los reconocimientos a Suso Bao, o Piñeira, maestro de la almazara de Ouro de Quiroga y uno de los artífices de la recuperación de esta actividad en Galicia; y a la productora Charo Andrade, de Granxa Pegullal, que desde Salceda de Caselas exporta aceite a Chile, México... y Sevilla.