Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h
invento bélico

El gallego que ideó la guerra química

El arquitecto de Cee Domingo de Andrade fue en el siglo XVII el precursor de las armas bactereológicas ·· Trabajó como asesor militar para el XI Conde de Lemos, Ginés Fernández de Castro ·· Elaboró un compuesto que debería causar la peste en las filas enemigas

Un gallego de Cee, el eminente arquitecto del barroco gallego Domingo de Andrade, autor de la famosa Torre del Reloj de la catedral Compostelana, fue un precursor de la guerra de bactereológica, allá por el siglo XVII, mucho antes de que las grandes potencias comenzasen a almacenar en sus arsenales mortíferos virus y bacterias.

Domingo de Andrade compaginó su trabajo de arquitecto con el de asesor político-militar, al servicio del XI Conde de Lemos, Ginés Fernádez Ruiz de Castro, al que el monarca Carlos II le otorgó el mando de las galeras de Nápoles, en 1692 y en 1702 fue designado virrey de la isla de Cerdeña.

La fórmula ideada por Andrade, que sólo debería usarse "contra moros y herejes", principales enemigos de los católicos por aquel tiempo, fue remitida en 1696, mediante una carta secreta, al Conde de Lemos.

El encabezamiento de la carta del arquitecto no puede ser más explícito y dice: "Para hacer bombas que, con lo que se les pone dentro, causan peste". La bomba bactereológica, según la misiva de Andrade, debería elaborarse con los siguientes componentes: "Lo primero se cogen sapos, salamandras, culebras y víboras que se han de echar en una olla (conforme se quisiera hacer la cantidad) y bien tapadas con un tiesto enlodado por todas partes, para que no salga humo. Se ponen en un horno a fuego lento para que se hagan polvos, para que no pierdan con demasiado fuego lo que tienen de su naturaleza y después se hacen polvos meneando a un lado y a otro sin destaparlos". Con este material se cargaría la bomba que se lanzaría sobre el enemigo para causar la peste.

El compuesto alquímico de Andrade, que hoy parece una mezcla más propia de un juego de niños o una pócima de brujas, sorprende por su planteamiento bélico y no deja de ser un antecedente de la moderna y mortífera guerra bactereológica .

. delegmonforte@elcorreogallego.es

Vacuna pionera

Contraveneno para evitar el contagio

Domingo de Andrade explicaba en su misiva al Conde de Lemos "los polvos para el contraveneno de que se ha de usar el que carga las bombas, por extenso lo remito el correo que viene con la otra cifra...". Es evidente que el famoso arquitecto de Cee y asesor militar del de Lemos, como es lógico, había pensado también en un antídoto para los encargados de preparar las bombas, para que no se viesen afectados por la temida y mortífera peste que causaría, supuestamente, la singular fórmula por él inventada para combatir a los herejes y moros.

Este contraveneno sería una especie de vacuna pionera para librarse del contagio. Es una lástima que esa carta, con la fórmula secreta, no se conozca. Es de suponer que los ingredientes serían tan particulares como los empleados para causar la enfermedad de los bubones.

¿Quién sabe? A lo mejor el compuesto de Domingo de Andrade hasta era eficaz para evitar el contagio de la peste, aunque dudamos que salamandras, culebras y víboras horneadas hasta hacerlas polvo causen tal enfermedad .

 

APUNTES

Manuscrito hallado en el palacio de Liria

·· La curiosa misiva fue hallada en el archivo del palacio de Liria, junto al documento Excelencias, Antigüedad y Nobleza de la Arquitectura, dedicado al XI Conde de Lemos, por Begoña Mendizabal y la historiadora monfortino Manuela Sáez.

Secreto que no debe conocer el enemigo

·· La original y sorprendente fórmula, según se desprende del manuscrito, es específicamente militar y secreta, confiada en exclusiva al Conde de Lemos y no debe caer en manos de incompetentes ni, por supuesto, del enemigo .

03 oct 2009 / 22:36
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito