Goio: combinó fútbol y estudios para tener un futuro laboral

Goio es un ejemplo de que jugar al fútbol no impide tener una formación académica. El vizcaíno estudió ingenería industrial y hoy en día trabaja en una empresa de automoción. Además de desempeñar esta profesión, tiene una academia de apoyo escolar donde imparte clases de física, química, dibujo y matemáticas. Y es que hace hincapié en que “el fútbol es una etapa pero tienes que preocuparte por ser algo el día de mañana”, y así lo hizo él, buscarse la vida para ese mañana.

Pero vayamos ahora por un momento al ayer, o más bien a hace muchos ‘ayeres’ porque 25 años dan para mucho. El ascenso fue para él “un momento muy emocionante. El mejor recuerdo que tengo es en la Plaza del Obradoiro, de lo mejor que viví en mi carrera”. Estaba cedido por el Athletic cuando recaló en Santiago pero el debut con la Esedé en Primera se le complicó por una lesión de tobillo que no le permitió jugar casi nada.

Como muchos compañeros vascos, Goio también tuvo su estancia en el Eibar. Jugó en Ipurúa durante cuatro años rodeado del conocido buen ambiente que reina en el entorno de esta entidad. Seguidamente se fue un año al Écija y luego al Aurrerá, en 2ªB.

Y aún con un futuro bien labrado en el horizonte “no tenía ganas de dejar de jugar, estaba a gusto, así que empecé a compaginar el trabajo con la competición en 3ª con el Zamudio”.

Aún conserva amistad con alguna familia santiaguesa, aunque reconoce que no viene nada por aquí, a pesar de que le gusta mucho Santiago.
Todavía hace incursiones en el fútbol jugando partidos con los veteranos del Athletic de Bilbao, donde coincide con caras muy conocidas del fútbol español de máximo nivel.

Estuvo a punto de venir a San Lázaro por el 20 aniversario del ascenso, pero no pudo.