La Guardia Civil estrecha el cerco sobre el mercado ilegal de armas

Gobiernos occidentales y expertos internacionales saben que el Daesh se nutre del armamento que en su día perteneció a los ejércitos de Sadam Hussein (Irak), Muammar Gaddafi (Libia) o de los desertores de las fuerzas de Bashar al-Asad (Siria). Con ese arsenal ponen en jaque al mundo. Pero la pregunta es dónde compran armas los yihadistas que actúan en Europa, los que lo hicieron en Francia o los que atentaron en Madrid el 11-M.

A falta de confirmación oficial del lugar de procedencia de los kalashnikovs que portaban los autores de la masacre de París si se sabe que, por ejemplo, los extremistas que se suicidaron en Leganés habían adquirido la dinamita en el mercado negro de las minas asturianas o que los autores de la matanza de Charlie Hebdo hicieron la compra de sus Ak-47 en un local en Eslovaquia vía internet. Es decir, que los extremistas que actúan en nombre del Daesh utilizan los mercados ilegales para aprovisionarse de armas.

Por eso, entre las medidas activadas para tratar de evitar atentados en nuestro país, figura la de controlar los puntos negros de venta, dedicados a suministrar armamento a los delincuentes. Los efectivos de la Unidad Central Especial 3 (UCE 3), un cuerpo de elite de la Guardia Civil dedicado a la investigación de este tipo de material, se encuentran en estado de máxima alerta desplegados por todo el territorio español con la intención de controlar las actividades ilegales.

Esos agentes están estrechando el cerco sobre aquellos puntos calientes en los que se habían detectado movimientos extraños. Y a ese control no se escapa Galicia. En nuestra comunidad se produjo este mismo año (ver despiece en la parte inferior de la página) la mayor operación contra los traficantes de armas realizada nunca en España. Fue tras los atentados a la revista satírica francesa y al cotejar ambas incidencias saltó la sorpresa.

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