Sin habitantes 3.860 lugares
La provincia de Lugo, con casi la mitad, encabeza la Galicia vaciada, la de aldeas fantasma // Los núcleos con un solo vecino suman más de 2.000 // As Pontes y Ortigueira, concellos con más entidades poblacionales vacías
El despoblamiento de los pequeños núcleos habitados de las 3.771 parroquias civiles que configuran el mapa gallego avanza, desde hace años, sin freno. Semeja una plaga imparable que está dando lugar a lo que, recientemente, se etiqueta como Galicia vaciada.
Unos índices de envejecimiento de los más altos de España, que conllevan una elevada mortalidad, junto con unas tasas de natalidad cuyos niveles están casi por los suelos son los factores deomgráficos que provocan que, cada año, decenas de lugares de la geografía galaica se queden sin moradores y pasen a engrosar la lista roja de los pueblos fantasma, en las que la vegetación se come las casas vacías.
Esa relación de lugares abandonados ascendió el pasado año a 3.860 sin habitante alguno, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), recogidos en el Nomenclator. Incluye lo que dicho organismo estatal denomina entidades singulares, núcleos poblacionales, entidades colectivas y diseminado.
La provincia de Lugo, con 1.681, que son casi la mitad de los registrados en Galicia, se sitúa a la cabeza de lugares deshabitados. Le sigue la de A Coruña, con 1.341. Por debajo figuran Pontevedra, 497 y Ourense, con 368.
El caso ourensano llama la atención ya que es la provincia de la comunidad con la tasa más elevada de envejecimiento, es más se sitúa en el top de las regiones de Europa más envejecidas, y pese a ello anota el menor número de lugares sin habitantes.
A la hora de medir y cuantificar el despoblamiento en la geografía gallega, bajando al escalón municipal, según los datos recogidos en el último Nomencaltor, el concello coruñés de Ortigueira, el más septentrional, junto con Mañón, es el que anota el mayor número de entidades poblacionales deshabitadas, un total de 236.
Aquí, en lugares de toponimia tan sonora como Ervella, Baxás, Preguntoiro, Porto de Insua, A Costoira o Lombo de Riba, entre otros, ya no queda un alma. Son desiertos demográficos.
En la misma provincia, el ayuntamiento de As Pontes es el segundo gallego con mayor cifra de núcleos vacíos, 168.
La tercera plaza la ostenta el lucense de Muras, limítrofe al de As Pontes, con 108. En este territorio lucense lugares como Buriz, Zanfaño, Porxestas, Pena do Mouriscón o Batán, en los que antaño había vida humana, hoy son yermos y las únicas voces que se escuchan son las de las aves y los animales silvestres.
Ourol, también en Lugo, vecino de Muras, suma 98 entidades de población sin vecindario. Es el cuarto en la comunidad.
En la lista de espera para entrar en esa Galicia rural vaciada hay, según los últimos registros del Nomenclator del INE, un total de 2.122 lugares. En este caso, la provincia de Lugo, con 1.080 vuelve a ocupar la cabeza. Le sigue A Coruña, con 667; Pontevedra, 235 y Ourense, que anota 140.
Más pronto que tarde, estos entes poblacionales se convertirán en lugares fantasmas, sin ese vecino solitario, hombre o mujer, que resiste contra viento y marea a abandonar su tierra, bien por voluntad propia o porque no tiene otro remedio. Cuando esos solitarios desaparezcan, la nómina de núcleos abandonados se elevará a casi los 6.000.
Con solo dos vecinos, los registros del Instituto Estadístico revelan que hay 2.500 lugares en la comunidad. Se reparten en 1.269 para la provincia de Lugo, 773 en la de A Coruña, 239 en Pontevedra y 219 en Ourense. Estas entidades, al igual que en las de un solo habitante, no tardarán mucho en ingresar en el club de los pueblos deshabitados. Las cifras evidencian, por sí solas, el serio problema de la despoblación , concentrada, sobre todo, en el ámbito rural de la llamada Galicia interior, que concentra los peores datos.