'Imagine' cogiditos de la mano... ¡ufff!
Algunos mal pensados acusamos en su día de oportunistas al actor Martin Sheen y a su hijo, Emilio Estévez, cuando se embarcaron en el rodaje de una película sobre el Camino de Santiago sacando mil veces a relucir sus raíces gallegas (el nombre real del legendario capitán Willard, protagonista de Apocalypse Now, es Ramón Antonio Gerardo Estévez y su padre, Francisco, era natural del municipio pontevedrés de Salceda).
Lo mismo hicimos con la Xunta por soltar un jugoso dinerete a unos artistas foráneos con la excusa de promocionar en el extranjero el anterior Xacobeo, aunque luego, al ver el film y comprobar la excelente acogida que tuvo en Estados Unidos y en otros países angloparlantes, tuvimos que comernos nuestras sesudas reflexiones y reconocer al menos dos cosas. Guan, que la película, pese a no ser ninguna joya, fue rodada con honestidad y ayudó a descubrir la Ruta Jacobea a un numerosísimo público lejano que nunca antes se había interesado por las caminatas con un notable barniz espiritual. Y chu, que el resultado, muy al gusto yanquilandio, tuvo un efecto inmediato en la audiencia a la que iba dirigida y en seguida el número de peregrinos made in USA se multiplicó por muchos enteros. Todo ello gracias a las numerosísimas personas que se animaron a cruzar el charco para vivir una aventura similar a la del gris y abatido oftalmólogo al que da vida Sheen.
De hecho, los caminantes norteamericanos figuran desde entonces en los primeros puestos del ranquin de naciones que más peregrinos aportan a The Way. En definitiva, un negocio redondo para las dos partes implicadas en el contrato.
Por todo lo dicho, y como los descendientes más torpes de Nostradamus solemos pifiarla en cuanto abrimos la boca, seguramente el nuevo proyecto que acaba de materializar la Xunta para promocionar de nuevo el Camino de Santiago fuera de nuestras fronteras será, a pesar de nuestros recelos, un éxito rotundo. La historia parece repetirse -a menor escala, eso sí- y ahora la fichada es Julia Baird, una simpática señora inglesa que lleva años intentando sacar partido a su condición de hermana de John Lennon (hace bien, conste).
El caso es que doña Julia es la protagonista de un nuevo documental que tiene por objetivo difundir las bondades del Camino Inglés entre, sobre todo, los ciudadanos de la pérfida Albión, muy dados a ponerse tibios de cerveza en Ibiza y poco animosos a la hora de calzarse las botas de siete leguas para descubrir las otras Españas.
En esta ocasión, la estrella de la películano es un acomodado jubilado norteamericano que viaja hasta Santiago esparciendo por el Camino las cenizas de su difunto hijo, fallecido mientras recorría la Ruta en busca de su yo profundo, sino una mujer británica que también experimenta cambios muy positivos en su vida al emprender una caminata bañada en música, reflexiones y misticismo.
En fin, habrá que ver el resultado del invento, porque aunque en principio tiene el aspecto de ser una historieta cogida con pinzas y bastante chirriante, luego a lo mejor se convierte, como The Way, en un bombazo. Entretanto, los escépticos solo esperamos que la cinta no sea un rollete pacifista -Lennon era un gran activista del peace and love- sustentado por peregrinos que caminan cogiditos de la mano al son de Imagine. Ufff, nos entran sudores frío con solo pensarlo.
Cada vez menos noticias animan a vislumbrar con optimismo el futuro de la humanidad. Hay demasiados imbéciles sueltos y demasiados radicales a los que nadie pone bozal como para mirar hacia delante con esperanza. Pero de vez en cuando el interés informativo sí gira en torno a personas que realmente interesan y merecen la pena.
Es el caso de Julia Ammerman, una joven compostelana que lleva ya 8 años trabajando de forma voluntaria con niños ingresados en el Clínico. Con chavales que a veces padecen enfermedades gravísimas, a los que acompaña en sus estudios o juegos. Ojalá todas las noticias estuvieran protagonizadas por muchas más 'Julias' y no por tantos cafres y vagos.
EL AUTOR ES PERIODISTA