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Interpretación profana para una iconografía puramente religiosa

La iglesia situada detras del pazo de Raxoi conserva cuatro esculturas en el remate de su fachada que se prestaron a más de un malentendido ·· Realmente representan a las cuatro Virtudes Cardinales

La ornamentación de los edificios religiosos depara en muchas ocasiones grandes sorpresas tanto en los temas como en las formas, y más de una vez una observación detenida de algún detalle revela realidades que, a fuerza de estar en primer plano acaban por quedar ocultas.

En los tiempos en que la forma de relación social por excelencia en Compostela era ir de tazas, la visita al balcón que cierra el Obradoiro por el lateral derecho del pazo de Raxoi era casi obligada para acompañar e ilustrar a alguno de los neófitos en la Universidad. Además de la inocencia del novato, se solía aprovechar el habitual e importante nivel etílico provocado por los caldos del Ribeiro.

El objetivo no era otro que enseñarle cuatro esculturas que, por aquello del desnivel entre la plaza y la rúa de Carretas, quedaban casi a la altura De hecho, se dice que la iglesia fue construida precisamente para ser contemplada desde la perspectiva que ofrece este balcón.

Así se hicieron famosas estas cuatro esculturas, popularmente bautizadas como las cuatro sotas, porque tanto la figura como los objetos que acompañan a cada una de ellas se corresponden de forma curiosa con la iconografía habitual de los cuatro palos de la baraja.

De izquierda a derecha, sobre la balaustrada de piedra se puede apreciar lo que parecen los símbolos habituales de los cuatro palos: los bastos, oros, espadas y copas.

La realidad es bastante más seria, ya que lo que Lucas Ferro Caaveiro quiso representar con estas esculturas es simplemente a las cuatro Virtudes Cardinales, y los objetos que portan cada una de ellas corresponden, respectivamente a la Fortaleza, Justicia, Prudencia y Templanza.

Con este adorno se completó esta iglesia barroca que tiene una curiosa planta que es casi una cruz griega, y que los especialistas relacionan estilísticamente con la capilla de Nosa Señora dos Ollos Grandes, de Lugo, realizada también por este prestigioso arquitecto.

La representación de las cuatro imágenes, con todo, no debería sorprender ya que no es la única que existe en la zona. Por poner un ejemplo, el baldaquino de la Catedral está flanqueado por cuatro tallas de madera de considerable tamaño, dos en la parte delantera y dos detrás, que también representan a las cuatro Virtudes Cardinales.

LOS DATOS

Ferro Caaveiro

La construcción de la iglesia de San Fructuoso también llamada Nuestra Señora de la Angustia se fija entre 1754 y 1765, y corrió a cargo del prestigoso maestro de obras Lucas Ferro Caaveiro.

Otras obras

Entre sus trabajos en Santiago cabría citar el proyecto de la fachada de Acibechería de la Catedral, que no llegó a completar, ya que finalmente fue apartado de la dirección a partir de 1765 .

17 jul 2007 / 01:44
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