Investigación básica en Europa
HACE unos días el director de gestión científica del Consejo de Investigación Europea (conocido como ERC con sus iniciales en inglés), J.M. Fernandez Labastida, dio una conferencia en la Universidade de Santiago (el profesor Labastida fue catedrático de física teórica de la USC) exponiendo las principales líneas y acciones del organismo europeo que el dirige, hablando especialmente sobre la financiación y selección de proyectos de investigación en los que siempre prima la creatividad, originalidad y posibilidad de realización.
Los proyectos tienen una cuantía media de millón y medio de euros en los cuatro años de duración, cuantía importante por lo que son muy apreciados por los investigadores y por los centros de investigación, dado que dan un plus de prestigio a los centros donde están los investigadores que las obtienen y además reciben un 20 % de los proyectos para las universidades donde se realiza el proyecto.
Hay países destacados en el número de proyectos que obtienen (si se compara con su población) como Reino Unido, Alemania, Holanda, Suiza e Israel. Estas dos últimas, aunque no son de la Unión Europea, participan por acuerdos existentes. La razón de obtener tan buenos resultados estriba en tener centros abiertos a acoger investigadores destacados, sin requisitos burocráticos y sin tener que pasar acreditaciones o antigüedades absurdas. De hecho en dichos países fichan, como en el fútbol, a investigadores que tengan un proyecto concedido.
En España los resultados obtenidos son razonables aunque con un amplio margen de mejora. En Galicia el resultado mejor lo obtiene la Universidade de Santiago, quinta entre las españolas en cuanto a número de proyectos obtenidos, proyectos que recayeron hasta ahora en los centros singulares de Medicina Molecular, de Química Biológica y en el Instituto de Física de Altas Energías.
La universidad española que obtiene más proyectos es la catalana Pompeu y Fabra, logrando la mayor parte de proyectos en Economía, destruyendo el mito de que la investigación en Ciencias Sociales no tiene financiación. Otras universidades catalanas, como la Autónoma de Barcelona o la de Barcelona, también están a la cabeza, indicando el acierto de la política de investigación básica de Cataluña, que quizás deberíamos aprender.
La conferencia suscitó un gran interés, atendiendo un gran número de investigadores de diversas especialidades y edades que llenaron el aula magna de la Facultad de Física, aunque desgraciadamente era casi nula la presencia de investigadores de Ciencias Sociales, que quizás tienen puesto el interés en otras tareas
Profesor emérito de la USC