Una jueza genéticamente facha
Ellos -y ellas, mejor dejémoslo en elles, que queda más guay- sí que saben impartir justicia y dictar sentencia. Son el colmo de la ponderación, la imparcialidad y la decencia. Tanto es así que llevan ya muchos días incitando a echar basura en las redes sociales contra la jueza que osó declarar a la familia Franco propietaria legítima de las estatuas de Abraham e Isaac tras ser demandada, a través de razonamientos más políticos que jurídicos, por el equipo de gobierno de Compostela Aberta. Creían Martiño Noriega y sus fieles que los tribunales iban a darles la razón, sin más, por el mero hecho de tener los acusados un apellido tan chungo, y se plantaron todos chulos en la vista sin aportar más pruebas que la supuesta adicción que sufría Carmen Polo a autorregalarse joyas y todo tipo de bienes ajenos. Vamos, que a la esposa del dictador le gustaba tanto rapiñar obras de arte como a Pedro Sánchez cambiar colchones o viajar en Falcon a fiestuquis variadas.
-Paco, el Abraham ese quedaría bien en la cocina del pazo de Meirás, justo al lado del aparador que me donó ese anticuario tan majete de Betanzos, ¿verdad?
-Verdad. Aconsejaré al alcalde y al deán que te lo donen por el bien de la patria. Arriba España.
-Bien, Paco, y pídeles también que te regalen a Isaac, así tendremos una superficie dura donde cascar nueces cuando nos visite el cuñadísimo.
-Viven las nueces grandes y libres, Carmencita. Y arriba España.
Decíamos que los chicos de las mareas son unos crac ejerciendo de magistrados. Las leyes se las saltan por el forro, pero eso da igual, porque ellos desean impartir una especie de justicia natural que emana de ellos mismos con una imparcialidad asombrosa, limpia de toda impureza y de contaminación partidista. Por eso tienen clarísimo que la jueza que que dictó sentencia a favor de los herederos del caudillísimo lo hizo impulsada por su talante ultraderechista. ¿Pruebas que aportan? Absolutamente contundentes, como bien puede apreciar cualquiera en las cloacas sociales impulsadas por esta formación, donde consta que los abuelos de la jurista en cuestión fueron dos altos mandos del ejército durante el franquismo.
-No doy crédito, ¿de verdad cometieron tal vileza?
-Pues sí, como te cuento.
-Uf, entonces no me extraña que esa jueza sea tan radical. De tal palo, ya sabes..., aunque aquí la astilla es dos generaciones posterior.
-Eso da igual, porque a buen seguro estaba tan unida a sus progenitores como Heidi a su abuelito.
Pero todavía hay más evidencias que prueban la contaminación ideológica de la jueza Adelaida Nieves Medrano Aranguren y su incapacidad, por tanto, para formar parte del estamento judicial. Arresulta que a la boda de los padres de la jueza asistieron varios jerarcas de la dictadura, entre ellos un primo de Francisco Franco, que debía ser como el de Zumosol pero en versión fascistoide.
-Vayaaaaa, entonces no me extraña que la jueza saliese como salió, facha perdida.
-Pues sí, ya sabes cómo influyen en la vida de cualquiera los invitados que asistieron a la boda de tus padres.
-Efectivamente, sobre todo si se inflaron de camarones y tu madre, arruinada, se vio obligada a comprarte potitos low cost.
En fin, lo único cierto es que el sector podemita ya ha dictado su particular sentencia y en ella desprecian por la cara la conocidísima figura de la usucapión, según la cual el poseedor de una cosa pasa a ser propietario de la misma si transcurre un tiempo determinado y cumple ciertos requisitos, condiciones que, a tenor de las pruebas aportadas en el juicio, los Franco cumplen por mucho que sean nietos de quien son.
Posiblemente la legislación pueda mejorarse para evitar casos como el que nos ocupa, pero entonces cualquier poseedor se verá obligado a demostrar que todo objeto en su poder es suyo, sea un jarrón chino o una yogurtera, mediante factura de compra o contrato. Y tendrá que ser así según pasen veinte, ochenta o mil años, incluso con los bienes heredados. Si es lo que queremos, cambiemos la ley y santas pascuas. Y preparémonos, claro, para guardar, traspasar y dejar en herencia miles de facturas hasta el final de los tiempos.
Y por cierto, la magistrada acusada de ultraderechista tiene trabajos publicados sobre los derechos de los usuarios a reclamar a las entidades financieras sospechosas de haber puesto en práctica cláusulas abusivas. Es más, ha dictado sentencias en las que los bancos no salen muy bien parados por este concepto. Este es el extracto de una de ellas: "Con base en todo lo señalado, procede declarar la nulidad parcial del contrato de préstamo de autos por error en el consentimiento, al no haberse cumplido con los deberes de información a los que estaba obligada la entidad financiera (...) y dicho déficit informativo conllevó que los prestatarios no fueran conscientes de la trascendencia y significación que la contratación suponía...".
Menuda facholi esta hecha la tal Adelaida, Jesús, Jesús.
EL AUTOR ES PERIODISTA