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Maquinistas apuntan a cambio brusco de velocidad en la vía sin sistema alerta

    Compañeros de Francisco José Garzón, el maquinista del tren que descarriló en miércoles cerca de Santiago de Compostela han asegurado esta tarde que el tramo en el que se produjo el accidente requiere un cambio "brusco" de velocidad, de 200 a 80 kilómetros por hora, sin que exista ningún sistema que obligue ni alerte del mismo.

    "De 200 a 80 son 120 kilómetros de diferencia, creo que es un descenso muy brusco para que no esté señalizado de alguna forma que te obligue a bajar la velocidad", ha explicado Manuel Mata, un maquinista que realiza la misma ruta que del convoy siniestrado, Madrid-Ferrol.

    El tren viene circulando por un tramo de 200 de kilómetros por hora con el "moderno" sistema ERTMS, que controla la circulación -condiciones de la vía, del tren, circulación y velocidad-, capaz de conducir y frenar el tren automáticamente; y pasa a hacerlo por otro de 80 km/h controlado por ASFA, un sistema para vías convencionales que sólo señaliza, ha explicado.

    Si la señal está en verde -vía libre-, como en el caso del tren siniestrado, "no tienes que actuar", ha explicado Mata, y aunque el convoy circule con exceso de velocidad el sistema no ejecutará la parada de emergencia si no se superan los 200 km/h.

    El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, ha asegurado que el maquinista tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente.

    En una entrevista con Efe, Ferre ha afirmado que "cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora".

    No obstante, no existe ningún mecanismo que obligue al maquinista a frenar, ha precisado Mata, quien ha comparecido esta tarde junto a los miembros del sindicato de maquinistas (Semaf), Luis A. García Sixto, miembro del comité ejecutivo, y José Naveira, responsable comarcal.

    Es el maquinista quien para operar en la ruta tienen que haber pasado un examen práctico sobre la misma, el que decide el momento en el que debe comenzar a frenar en función del tipo de vehículo, carga y otros condicionantes, sin que exista ningún sistema de alerta u obligación.

    "Sabes donde está ese punto y donde tienes que frenar", ha subrayado Mata, para quien la explicación de lo ocurrido sólo podrá extraerse una vez se conozcan los datos de las cajas negras del tren.

    El accidente, ha precisado García Sixto, se tuvo que deber a una suma de "varias circunstancias" aunque, en opinión de Mata, lo ocurrido "no ha dependido todo de Francisco".

    Mata ha reconocido que la complejidad y dificultad de este tramo ha sido comentada en los "foros" de maquinistas pero ha reconocido que la seguridad se ajusta "a la norma técnica".

    "No podemos denunciar algo que cumple con la norma técnica", ha afirmado.

    Los maquinistas han insistido en que sería conveniente contar con otra "serie de medidas" de seguridad complementarias: nuevas señalizaciones, que el tren no sea recibido en vía verde -lo que obligaría a reducir la velocidad- o el sistema ERTMS.

    "Ojalá que todas las líneas tuviesen ERTMS", ha señalado García Sixto.

    El responsable sindical ha insistido en que el transporte por ferrocarril, aún con el sistema ASFA, es "seguro", lo que denota sus bajas cifras de siniestralidad.

    García Sixto ha reconocido haber hablado con Francisco José Garzón, hospitalizado en Santiago con contusiones y tres costillas rotas y quien se ha negado a declarar esta tarde ante la Policía: "anímicamente no está muy bien", ha reconocido. EFE

    27 jul 2013 / 03:12
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