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“No basta con recomendar la mascarilla, debe ser obligatoria”

Neurocirujano y también médico de familia, Javier Bandín incide en que son fundamentales barreras físicas para frenar el coronavirus // “En Asia lo hacen y tienen muy buenos resultados”

El reconocido neurocirujano gallego Javier Bandín, también especialista en Medicina de Familia y diplomado en Salud Pública, lo tiene muy claro: “Protegernos con mascarillas, guantes y gafas es fundamental. Hay que implantarlo ya: debe ser obligatorio para toda la población, los que están en casa y quienes salen a la calle. Nos va la vida en ello a todos”, incide el médico, que estos días está estudiando en profundidad con su hermano, el doctor Manuel Ángel Bandín, cardiólogo del CHUS, la pandemia del coronavirus que afecta al mundo.

“No podemos esperar a adoptar esta medida: cada minuto que pasa representa un aumento de las ya terribles cifras de contaminados y muertos. Ahora mismo las estadísticas españolas son las peores de Europa y las segundas o terceras del mundo”, sostiene, antes de recordar que el problema en Galicia todavía no tiene tan grandes dimensiones, aunque sigue en crecimiento. Quien lo afirma cuenta con más de cuarenta años de ejercicio y es buen conocedor de las medidas para prevenir infecciones.

“La mascarilla es imprescindible para frenar esta pandemia diabólica, porque el virus se transmite por gotas de saliva. Es decir, cuando hablamos, tosemos o estornudamos sin la protección adecuada el covid-19 puede penetrar en la mucosa bucal, oral u ocular, causando el contagio”, explica, a la vez que apunta que “el problema reside en que desconocemos quién es portador del virus, por lo que, si no nos protegemos todos y siempre que salimos a la calle, no frenaremos la cadena de contagios” remarca el facultativo, experto en patologías de la columna vertebral.

Aunque en el momento actual se manejan diferentes cifras no oficiales de infectados, en base a estimaciones, quiere recordar que El Imperial College de Londres publicó el pasado mes un estudio que indica que en España ya habría más de siete millones de afectados por el coronavirus . “En este trabajo se recoge que la gran mayoría de los casos en España habrían sido asintomáticos o habrían superado el virus con síntomas muy leves, pero con una enorme capacidad de contagio y de mortalidad en la población de riesgo”, declara.

¿DÓNDE HA FUNCIONADO BIEN LA PROTECCIÓN?

Pone la mirada sobre los países asiáticos más afectados por la pandemia y donde atacó primero: Corea del Sur, Japón, Singapur o Taiwán, que no pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Vamos a centrarnos en el ejemplo de Corea del Sur, que ya tenía experiencia por epidemias recientes, como el sars o el mers, y las autoridades sanitarias aprendieron la lección y tienen una población disciplinada (no más que la gallega), y acostumbrada a utilizar mascarillas por la gran polución de sus ciudades. Todo el mundo que sale a la calle, va al trabajo o viaja en transportes públicos lo hace con mascarilla, guantes y gafas protectoras”, detalla el doctor Bandín, quien asegura que “esto ha permitido reducir mucho el número de infectados y muertos. En Corea, con 51 millones de habitantes y solo una quinta parte del territorio de España, se detectó el primer caso de coronavirus el 20 de enero. A 3 de abril contaba con 10.063 contagiados y 174 fallecidos. En España, con 47 millones de ciudadanos, el primer caso se remonta al 31 de enero y dos meses después, el 3 de abril, teníamos 119.194 contagiados y 11.198 víctimas mortales”.

Con esto, señala que “es evidente que algo estamos haciendo mal, ¿qué será? Los coreanos han sido muy exigentes con las medidas de prevención, ordenando a toda la población utilizar herramientas para evitar la transmisión del virus: mascarillas, guantes y gafas. El 99 % de los ciudadanos están haciendo uso de barreras físicas de prevención, cosa que en España, por desgracia para nuestro país, no ocurre”.

Indica que con relación al uso de mascarillas no se manejó bien la información ni por parte de las autoridades ni de la OMS (“que sí acertó plenamente en las recomendaciones de enero y febrero sobre la necesidad de provisionarse de material de protección para personal médico, policía, etc.”), que “no acertaron al aconsejar que solo fuesen utilizadas por enfermos del virus y cuidadores, olvidándose de la población que sale a la calle, acude a los comercios, lugares de trabajo o se desplaza en transportes públicos”.

Así, asegura que “esta directriz de la OMS no se respetó en los países asiáticos, los cuales están consiguiendo resultados muchísimo mejores en el control de la pandemia que Europa, Estados Unidos o América Latina”.

Además, puntualiza que hay otro problema que afecta al uso general de las mascarillas. “Esta palabra nos lleva a pensar en las quirúrgicas, más o menos sofisticadas, con la necesidad de su reposición continua y sustitución por otras, que vienen de China homologadas y que están agotadas o son difíciles de conseguir (aprovecho para agradecer a Amancio Ortega su impagable generosidad) porque son las que necesita el personal sanitario”.

Pero lo cierto es que una mascarilla es solo “una barrera física confeccionada de distintos materiales que protegen las vías respiratorias, boca y nariz, de materia o productos contaminantes, gotas de saliva portadoras de este y otros virus...”, señala, al tiempo que añade que, “aunque no lo sepamos, todos tenemos mascarillas, mejor dicho, barreras físicas de protección naso-bucal, en nuestras casas: una bufanda, un pañuelo, un foulard, una camiseta, una faja de hacer deporte, una prenda que actúe como escudo de los pulmones, que son la diana del coronavirus”. Explica que “estas mascarillas caseras se pueden lavar sin problema con lejía y agua caliente y reutilizarlas, o bien tirarlas”. El neurocirujano quiere recordar también que “hasta no hace muchos años las mascarillas que utilizábamos en los quirófanos eran de simple tela verde: después de cada operación se lavaban, se planchaban y listas para la siguiente cirugía, y así hasta que rompían; y todavía hoy son utilizadas por profesionales alérgicos a las de celulosa, homologadas”.

UN DESASTRE. El doctor Bandín tiene claro que el coronavirus puede ser “el mayor desastre sanitario y económico de la historia (agravado por la globalización)”. “La situación es gravísima”, sentencia. Con pocos test diagnósticos y sin vacuna por el momento, está convencido de que la única fórmula para frenar la pandemia actualmente es “que toda la población aplique rigurosamente las medidas de protección físicas: mascarilla, guantes y gafas”. Aprovecha para hacer un llamamiento a todas las autoridades sanitarias de nuestro país:“Deben tomarse muy en serio esta medida. Es fundamental que toda la población utilice herramientas de protección: no basta con recomendar el uso de mascarilla, debe ser obligatorio”.

“Las hechas en casa también son efectivas”

···El doctor Bandín insiste mucho en que la sociedad no debe pensar que solo son efectivas las mascarillas homologadas para uso quirúrgico y que “todo el mundo las tiene a su alcance en su casa”. Señala que “un estudio elaborado por la Universidad de Cambridge sostiene que es igual de efectiva, al 97 %, una mascarilla quirúrgica que un paño de algodón doblado a la mitad. Ejerce la misma filtración y protege las vías respiratorias”.De utilizarse de manera simple, la efectividad bajaría hasta el 83 %. También se realizaron pruebas con dos y una sola camiseta básica, una prueba que arrojó un resultado del 71 y el 69 %, o las fundas de las almohadas, con un resultado que oscila en torno al 62 %.

05 abr 2020 / 22:03
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