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David W. Johnson y Roger T. Johnson // Padres del aprendizaje cooperativo

“No competir hace que todos los alumnos sean más brillantes”

{Seminario en Santiago} Los hermanos Johnson son de los que piensan que “los ‘sapiens’ dominamos el planeta no por haber sido los individuos más inteligentes, sino por haber sido los que, inteligentemente, cooperamos más”. Por eso para estos profesores estadounidenses de prestigio están prohibidos los conceptos de ‘individualismo’ y ‘competitividad’. ¿Están de acuerdo?

Ustedes son los padres del aprendizaje ­cooperativo, que tiene como uno de sus objetivos “conseguir un aula en la que los estudiantes se preocupan del aprendizaje de los demás”. ¿Qué importancia tiene esto?
Roger Johnson: Somos unos campeones en esto del aprendizaje cooperativo, pero lo que estamos haciendo es intentar volver a las raíces, cuando los hermanos se enseñaban entre ellos, los abuelos con los nietos, los padres con los hijos...

Realmente, hay tres motivos: estudiar el ambiente del ­aula, enseñar a los profesores y ­trasmitirles a los alumnos la ­importancia de que uno depende del otro.

Con lo cual, no estamos haciendo nada nuevo, sino que estamos volviendo a lo que se hacía hace 2.000 años, eso sí, intentando adaptarlo a lo que el siglo XXI nos requiere.

David Johnson: El ejemplo es Jesucristo, que empezó en un grupo cooperativo, el de los doce apóstoles (risas).

¿No cree que en el grupo de alumnos siempre hay alguno que trabaja más y que otros se aprovechan, por lo que ese comportamiento se puede ­contagiar?
D.J.: Normalmente, se confunden los conceptos trabajar en grupo y aprendizaje cooperativo. Cuando existe este, debe haber cinco elementos: interdependencia positiva –es necesaria la presencia de nuestros compañeros para completar la actividad–, responsabilidad individual –cada miembro del grupo debe completar una parte del proyecto por sí mismo y que después compartirá con el resto–, interacción cara a cara –el proceso de aprendizaje tiene lugar cuando los alumnos trabajan con el material que plantea el profesor–, habilidades sociales –se desarrollan de modo indirecto mientras los alumnos trabajan en equipo– y procesamiento de grupo –el equipo habla abiertamente sobre el trabajo hecho–.

Si no se dan estos cinco elementos, da igual qué actividad realices, estás haciendo una cosa distinta al aprendizaje cooperativo. Con esto, se garantiza que estos problemas de grupo estén bien salvaguardados.

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07 feb 2018 / 20:44
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