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Las olas se llevaron por delante el museo de Man

Cortada la carretera de Arou // Fuertes destrozos en Santa Mariña // En Caión, el mar deshizo unos 15 metros del dique

Los vecinos de la villa camariñana de Camelle estaban ayer tristes. El mar se llevó por delante buena parte de las singulares esculturas del museo de Man, el anacoreta alemán que tantos años y esfuerzos dedicó a su obra.

La concejala Mercedes Martín, encargada de la fundación, explicó a EL CORREO que las olas "rompieron esculturas, el agua entró en la caseta de Man, un auténtico desastre", dijo. Señaló que, ante esta nueva situación, el proyecto de restauración tendrá que cambiar, "pues faltan elementos". Ahora consultarán a Antón Sobral, alma máter de la puesta en valor de este legado, qué pasos deben seguirse para recuperar lo recuperable.

Según la edil, otro de los frentes en los que se trabaja es en formar a un grupo de personas del pueblo, "para poder ayudar a hacer las primeras intervenciones en casos como el que nos ocupa".

César Paz, empleado de la Cofradía de Camelle, señaló que "aquí hai xente maior que di que non lembra tal cousa, pois sobre as seis da mañá, coincidindo coa marea alta, as ondas eran impresionantes". El mar entró en varias de las casas situadas en el entorno del museo de Man.

Las primeras actuaciones se centraron en limpiar las vías, retirando los restos arrastrados por el oleaje, con el fin de restablecer la circulación por las mismas.

En la zona de A Lagoa, entre Camelle y Arou, el oleaje lanzó las embarcaciones y las nasas a las fincas. En este punto, el temporal provocó el corte de la carretera, y arrasó muros que llevaban más de un siglo construidos.

La fuerza de las olas derribó igualmente unos cincuenta metros de la balaustrada del paseo marítimo de Arou.

La localidad camariñana de Santa Mariña fue otra de las fuertemente castigadas por el mal tiempo. Aquí, el mar destrozó las barandillas del varadero, levantó pavimentos y se llevó por delante aparejos, cabos y carros de embarcaciones, entre otros elementos.

El alcalde camariñano, Manuel Alonso, explicó ayer que los daños en esta parte litoral del municipio "son moi importantes". Aseguró que los operarios municipales dedicaron la jornada a limpiar las vías para poder circular. Los técnicos trabajan en la elaboración de un informe de los numerosos desperfectos, que será remitido en breve a Costas y Portos.

Serpent. Precisamente, el regidor, Alonso de León, ultimaba ayer los actos previstos para las diez y media de la noche de hoy con motivo del 120 aniversario del hundimiento del buque escuela inglés Serpent.

El temporal azotó también la localidad larachesa de Caión, donde el oleaje destrozó unos quince metros del dique.

Los efectos del temporal se dejaron ver también en el vecino municipio de Malpica de Bergantiños. Aquí sufrieron destrozos farolas, bancos y otros elementos del mobiliario urbano del paseo marítimo de la capital municipal.

jtrillo@elcorreogallego.es  

ENRIQUE SUÁREZ, MARINERO JUBILADO

"Toda mi vida en el mar y no recuerdo las olas con tantas ganas de tragarse todo a su paso"

Enrique Suárez, con 77 años a sus espaldas, es un experimentado marinero jubilado de la localidad camariñana de Arou. Conoce muy bien los duros inviernos que se viven en este trozo de costa. Sin embargo, ayer aseguraba que hace mucho tiempo que no veía el mar así.

-¿Qué circunstancias se dieron para que el mar se enfadase tanto?

-Lo que pasó es que coincidieron mareas vivas, con vientos del noroeste, y esto era un auténtico ciclón.

-¿Hace tiempo que no recuerda algo así?

-Tengo ya setenta y siete años y toda mi vida estuve en el mar, pero hace mucho tiempo que no recuerdo algo así. Esta vez fue muy fuerte. Tuvimos una baja de mar potentísima. A las cinco de la madrugada se escuchaba el mar de una forma que daba miedo, imponía.

-El temporal provocó bastantes destrozos en su entorno.

-El temporal de esta vez hizo mucho daño. Aquí en Arou revolvió todo, y se llevó por delante parte de los pretiles. Cerca de aquí, en la localidad de Santa Mariña, causó aún más destrozos, y originó muchas pérdidas entre los hombres que cada día se dedican a la pesca. Insisto en que yo en el mar vi de todo, pues estuve en bajura, en la mercante... Me tocó un poco de todo, pero no recordaba las olas con tantas ganas de tragarse lo que se encontrasen por delante. Por algo nos llaman la Costa da Morte.

10 nov 2010 / 05:56
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