El padre de Asunta pretendía que no se relacionara a su exmujer con la muerte
Llamó a EL CORREO pasadas las 11 horas para pedir que no se publicara el crimen // Estuvo comprobando en las webs las informaciones que iban apareciendo
Santiago. Pocos minutos pasaban de las once de la mañana del domingo día 22 cuando en la redacción de EL CORREO GALLEGO se recibía una llamada de Alfonso Basterra. Muy poca gente sabía a esas horas que la niña que había aparecido muerta en una pista de Cacheiras era Asunta. En la web de nuestro periódico se adelantó en exclusiva la información pero, a falta de confirmación oficial, se omitía cualquier referencia a los padres.
"Hola José Antonio, soy Alfonso Basterra. Te llamaba para pedirte un favor", fueron sus primeras palabras. Reconozco que me sorprendió mucho ya que yo sabía que Asunta era su hija. "Alfonso, la niña es tu hija... lo siento mucho", le dije balbuceando.
Me lo confirmó. Me dijo que sí, que era ella y me pedía que no publicáramos nada. Volví a darle mis condolencias, le pregunté por su mujer y le expuse mi extrañeza por lo que decía, no por lo que me pedía. Recuerdo perfectamente que le dije que se olvidara de los medios, que no mirara las noticias y me sorprendió la frialdad con la que me hablaba. Yo no podía creerme que al otro lado de la línea estuviera un hombre al que le habían secuestrado y asesinado a una hija. No podía sospechar ni de él ni de su exmujer pero no entendía nada.
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