"O país non pode arriscarse a perder unha xeración de xente capacitada"

No es casualidad que su discurso inaugural del nuevo curso de la Universidade de Santiago de Compostela esté dedicado de forma especial a sus exalumnos en la diáspora londinense. Antes de adentrarse en una lección sobre fotografía gallega, Margarita Ledo Andión expresó ayer su preocupación por "os camiños diversos" que siguen las últimas promociones de la Facultade de Ciencias da Comunicación "representadas en rapaces e rapazas que foron cara á fóra".

Lo hizo ante representantes de la comunidad universitaria y de las esferas política y económica de Galicia reunidos en el salón noble del pazo de Fonseca, que por primera vez cedió el protagonismo a un miembro de esta facultad en la apertura del curso universitario.

"Abraia o precario aproveitamento social do alto investimento en formación (...) Non estou a dicir nada novo cando sitúo o problema máis grave das relacións universidade-sociedade na desaparición de persoas ben formadas cara a alén mentres nós, nas palabras de Manuel Antonio, imos ficando sós", destacó Ledo, figura clave del nacimiento, hace ya veinte años, del centro que hoy imparte Xornalismo y Comunicación Audiovisual.

La preocupación de la catedrática la compartió también el rector. "O noso país non pode asumir o risco de perder unha xeración de xente capacitada ou o descenso nas actividades de investigación e transferencia de coñecemento, mentres os países e institucións cos que competimos seguen investindo de xeito notable na universidade", dijo Juan Casares Long.

Días después de que la Conferencias de Rectores de Universidades Españolas hiciese público un manifiesto en contra de los recortes económicos que están padeciendo los campus, el rector compostelano quiso a título individual insistir en la misma idea.

GARANTÍA FINANCIERA. Casares definió la educación superior y la investigación como "a chave" para obtener soluciones innovadoras a los problemas actuales, y habló de las universidades como la "base de esperanza de superación da crise actual", pero subrayó que es preciso ofrecerles garantía financeira" para que sigan cumpliendo con su papel social. "Se investir en educación é caro, non facelo é carísimo", apuntó.

La económica no fue la única crítica del rector a la política universitaria de las administraciones. Según Casares Long, a pesar de "abundante apoio retórico" que reciben las universidades, se pone en duda su eficiencia y eficacia, se desconfía de su capacidad de gestión y se le envían mensajes confusos y contradictorios, porque al mismo tiempo que se les pide que sigan avanzando más allá del conocimiento actual -lo que significa apostar por la investigación básica-, se les exige resultados prácticos a corto plazo para ayudar al despegue económico.

A modo de preguntas, también retrató una universidad en tiempos de cambio que encara el difícil equilibrio entre valores propios e intereses del mercado o la autonomía institucional y los procesos de valoración.