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Palmeira reivindica un museo para su colección de arte sacro

El párroco no renuncia a hacer la exposición, pese a tener que montarla sobre sillas y perchas

El cura de Palmeira (Ribeira), Ricardo Villaverde, lleva tres años organizando una exposición de arte sacro con los valiosos fondos de la iglesia parroquial. Y son también tres los años que lleva rogando a los políticos que echen una mano para hacer realidad su sueño terrenal: convertir en un Museo de Arte Sacro el vacío local que reservó cuando se construyó el edificio de la nueva Rectoral.

Pero sus plegarias no se oyen en la tierra. Por eso don Ricardo, aunque sigue rogando cada año, prefiere seguir dando con el mazo.

No le importa tener que exponer valiosas casullas con siglos de antigüedad sobre sillas, tablones y bancos; ni tampoco tener que mostrarlas en percheros que se tambalean; ni tener que tropezar en el cable del deshumidificador.

Entre los objetos expuestos hay algunos que, además de su antigüedad, tienen gran valor artístico.

Así, además de un grueso misal en latín del año 1843, pueden verse una talla de madera de San Pedro con tiara, que se salvó de un incendio en la vieja rectoral; un maletín de principios del siglo pasado para impartir sacramentos a domicilio o un hermoso cuadro del bautismo de Cristo pintado en el año 1921 por el ebanista local R. Sanlés.

Se exponen también la extensa colección de casi cien dalmáticas, casullas, albas y capas de los párrocos que precedieron a don Ricardo (una de ellas, que sólo se puede poner el día de la Inmaculada, la usó él, sólo una vez) y algunas capillas domiciliarias portátiles (vitrinas de madera en las que se veneran imágenes sagradas). No todas, pues la mayoría de las veinte que hay están de gira. Y es que durante todo el año las custodian en sus casas los feligreses por turnos.

IMPLICACIÓN VECINAL. No menos valiosa es la colección de objetos religiosos que poseen los feligreses a título particular (fotos, libros, imágenes, elementos de culto, etc.) y que en 2008 cedieron para complementar esta muestra.

El párroco recibió ayer la visita de la diputada provincial, Caridad González, que acudió invitada por él y por el portavoz municipal del PSOE, Francisco Mareque, para que conociese la importancia de la muestra.

En realidad, la visita de Caridad González fue bastante fugaz (cierto que el párroco la hizo esperar), pero se marchó prometiendo que los técnicos de la Diputación provincial de A Coruña estudiarán la posibilidad de hacer algo para poner en valor la colección, para editar un catálogo o para colaborar en la restauración de los objetos. De modo que don Ricardo se quedó ayer como estaba. No hubo milagro tampoco esta vez. Como tampoco lo hubo cuando vino el alcalde a ver la muestra. A su local (que es de toda la parroquia, de todos los feligreses y de todos los vecinos) le hacen falta una cuantas estanterías, unas cuantas vitrinas, unas cuantas mesas y, a poder ser, un poco más de interés de las administraciones para poder convertirlo en un museo: el Museo de Arte Sacro de Palmeira. "Suena bien, pero suena utópico", decía ayer un feligrés.

delegribeira@elcorreogallego.es

25 nov 2010 / 23:34
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