Peregrinos indignados en O Pino

"Cuando uno llega casi, casi a la meta del Camino y espera que lo traten con bandeja de plata lo que se encuentra es con una patada en el culo". Expresivo en su indignación, un peregrino que realiza en estos días la ruta jubilar desde Ponferrada se erigía ayer portavoz del malestar de un grupo de caminantes a su llegada al pabellón municipal habilitado como refuerzo del albergue de peregrinos de la Xunta en el municipio de O Pino.

Según el denunciante, Salvador Neira, el estado de la infraestructura es "absolutamente penoso. Los baños están inundados y los inodoros rebosan. Además el suelo de las duchas tiene ya tres dedos de agua y acabamos de llegar. No quiero pensar qué pasará cuando avance la tarde y los utilicemos todos los que estamos aquí".

Neira, que aseguró trasladar el sentimiento de indignación expresado también por un grupo de scouts italianos y una pandilla de ingleses llegados a Arca, considera "inadmisible, como gallego que soy, que esta sea la imagen que estemos dando del Camino. Le damos toda la publicidad del mundo para que venga la gente, ¿y la recibimos así?", se pregunta. Su cabreo se agrava además ante la escasez de colchonetas sobre las que dormir "y, sobre todo, porque nadie se hace responsable de la situación. En otras etapas del Camino, también fuera de Galicia, hay personal de Protección Civil haciéndose cargo y las infraestructuras están en mucho mejor estado". Aquí asegura que a su llegada intentó alertar de la situación a Protección Civil, al considerarlo una cuestión de salud pública y "lo único que dijeron es que no es cosa suya y punto".

El grupo de peregrinos afectados acusa directamente al Ayuntamiento del mal estado del edificio, de titularidad municipal. "¿Donde invierten el dinero que reciben para reformas de infraestructuras deportivas?", se preguntan y añaden que "en este caso se ve que no ha habido mantenimiento durante años".

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