Portugal se frota las manos con la “invasión” de firmas gallegas

Suelo industrial a precio de ganga o incluso a cero euros, mano de obra low cost, menos burocracia y unos sindicatos más mansos que los españoles, que garantizan un entorno de “paz social”. Éstas son algunas de las ventajas competitivas de las que Portugal saca pecho para robar empresas gallegas o atraer la instalación de multinacionales que también surten desde territorio luso a compañías que operan en España, sobre todo en el sector del automóvil.
Así lo recoge la prensa portuguesa en amplios reportajes publicados recientemente, en los que se siguen jactando en titulares de que compañías gallegas “invadem o Minho” a remolque de los nuevos modelos a construir en la factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën. Un salario mínimo de unos 500 euros, frente a los 800 que se pagan en Galicia, junto con el cobro de valores “simbólicos” por las parcelas –de 1 a 20 euros por metro cuadrado– son el cebo perfecto.
Las medidas fiscales aplicadas en al otro lado de Tui, con rebajas progresivas en el impuesto de sociedades y el tipo único sobre la Renta de las Personas Físicas, también ayudan a que las empresas gallegas miren con buenos ojos el traslado.
El municipio de Valença, en la misma raia que separa ambos países, tiene en curso una decena de nuevas inversiones que en el montante global alcanzan los 30 millones de euros, tal y como recoge en sus páginas el diario Jornal de Noticias. Dos décadas después de que comenzara la primera ola de factorías que apostaron por buscar acomodo en este concello fronterizo, hoy las antiguas empresas están en expansión mientras que otras nuevas llegan para establecerse allí con inversiones en curso como las de Infomoldes, Marsan, Grupo Antolín y QLS, mientras que otras están en fase de negociación.

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