"Poseer un carro de vacas era todo un lujo"
Jacobo Pérez, presidente de Cabalo Galego
El presidente de Cabalo Galego destaca la belleza de estos carros, que gozan del estilo tradicional gallego, con los estadullos a los lados, que son los palos que se colocan en cada margen para que no se caiga la carga, y dos bueyes enganchados a cada cabezalla. En lo que se refiere a los animales, no duda en señalar que, para aquella época, poseer un carro de vacas era un lujo, ya que suponía poder recorrer largas distancias aprovechando la tracción animal. Unos animales que, por cierto, gozaban de gran valor por aquél entonces, ya que se trata de una raza do país, lenta pero muy fuerte. Una ayuda más que necesaria en un tiempo en el que las máquinas agrícolas eran una utopía, y había que dejar en manos de los animales aquellas labores que el ser humano era incapaz de llevar a cabo.