Regresan de Roma las tres lámparas de plata del siglo XVIII

Tres lámparas de Luigi Valadier propiedad de la Catedral de Santiago emprenderán en los próximos días, tras formar parte de una exposición sobre este eminente orfebre en la prestigiosa Galleria Borghese, el mismo viaje que realizaron en el siglo XVIII entre Roma y la ciudad del Apóstol. Aunque en esta ocasión el viaje será bastante diferente. Ya no hará falta un barco real que las lleve desde Génova a Cádiz y de allí hasta Ferrol, para luego transportarlas hasta Compostela en un carro hecho a medida y tirado por fornidos bueyes. Ahora el desplazamiento se realizará por carretera en un vehículo habilitado para las tres piezas y que cumple con una serie de medidas para garantizar su seguridad, tal y como confirmaron ayer a EL CORREO fuentes oficiales de la Catedral, a la vez que añadieron que una de las restauradoras de las obras de arte, que fueron sometidas a una minuciosa limpieza antes de partir a Italia, se está encargando de supervisar el proceso de traslado de los candelabros .

En la Ciudad Eterna, los expertos ya empezaron a desmontar las tres lámparas de plata y bronce dorado, tal y como se puede apreciar en las imágenes que acompañan esta información, para depositarlas en las cajas especiales y a medida en las que se protegerán durante el traslado. Sobre la muestra Valadier. Splendore nella Roma del Settecento, que acogió una de las salas de exposiciones más prestigiosas del mundo entre el 30 de octubre de 2019 y el pasado 23 de febrero, cabe destacar que fue todo un éxito; y que, además, las tres piezas cedidas por el Cabildo compostelano se convirtieron en las verdaderas estrellas de la colección.

La presencia de las lámparas que habitualmente lucen en la Capilla Mayor de la seo metropolitana gallega generaron gran expectación en la capital italiana. "La luz parece hacer espuma y refractarse incesantemente en sus formas sinuosas, en el meticuloso trabajo de estampado y cincelado. Es la increíble lámpara de araña de plata y bronce dorado creada por el joven Luigi Valadier para la Catedral de Santiago". Con estas palabras definía la propia Gallería Borghese una de las piezas que formaron parte de la exposición, por la que pasaron miles de visitantes de todo el mundo y que, dado el interés que suscitó, incluso se amplió el número de días para poder verla.

Sobre cómo llegó el conjunto al templo apostólico ya se hizo eco este periódico a través de varios reportajes. Lucía Hidalgo Portomeñe, técnico de la Fundación Catedral, explica que el conjunto fue donado por el maestrescuela Diego Juan de Ulloa. "Las piezas fueron ejecutadas en dos talleres distintos. Mientras la lámpara se llevó a cabo en el taller del padre de Luigi Valadier, ubicado en San Luigi dei Francesi; las dos arañas fueron creadas en el estudio al que se mudó el artista en 1762, en Via del Babuino, ambos en la capital italiana", explica Hidalgo, antes de apuntar que de la lámpara principal "se sabe que fue exhibida en la primavera de 1760 en la iglesia de San Luigi dei Francesi y que en junio del año siguiente ya estaba en la Catedral de Santiago". Los dos candelabros llegarían a Compostela en diciembre de 1765. Maravillaron al arzobispo Bartolomé Rajoy Losada, quien consideró oportuno que su destino fuese la Capilla Mayor, a la que también se trasladó la primera lámpara, que había sido ubicada en el pasillo de la Virgen de la Soledad.

El conjunto llegará a la capital gallega en los próximos días después de la exposición romana. Eso sí, no podrán colgarse en la Capilla Mayor de la seo, puesto que se encuentra en obras. Desde la Catedral indican que se habilitará un lugar para almacenarlas mientras no termina la restauración. También cabría la posibilidad de exponerlas en el Museo de la Basílica.